Un libro para encontrar las emociones que se esconden detrás de las palabras.
Dice de sí misma Grela Bravo, la autora, que es Psicóloga, Mediadora Social e Intercultural…, y fotógrafa aficionada. Esto último debe llevarlo en el alma porque sabe captar todos los matices, descubrir todos los secretos y descartar todos los miedos que se esconden detrás de las historias que comparte con quienes la necesitan. Su trabajo consiste en escuchar, comprender y explicar lo que ha dicho a quién lo ha dicho. Para ella el lenguaje es una cuestión de amor. Las palabras nos aman y nos ayudan a amar, incluso a nosotros mismos.
Eso es este libro, una colección de palabras que de repente se convierten en ideas emocionantes. Son palabras corrientes que nos han acompañado siempre, incluso en aquellos momentos felices que ya habíamos olvidado. Ahora, al volver a oírlas, con la magia de Grela, vuelven a recordárnoslos.
Entrevista
Pregunta: ¿Cómo has llegado a desentrañar estos significados en las palabras?
Grela Brabo: Siempre he sido una amante de los secretos de las palabras. Me gusta la etimología que me ayuda a comprender su origen, y soy una lectora ávida. En este libro he jugado a reformular algunas palabras.
P: Para las personas que como tú, necesitan de las palabras en su trabajo (Grela es mediadora social), éstas pueden tener significados ocultos de vital importancia, ¿es así?
GB: Sí, hay que desentrañar ese mundo. Ver las connotaciones personales, culturales… Mi vocación en el sentido más amplio es propiciar la comunicación entre personas. Trato de tender puentes entre ellas para eso.
P: ¿Te queda esa duda algunas veces de: ¿qué me habrá querido decir con…? Y lo investigas.
GB: Sí. Me gusta leer en las personas. Algo que va más allá de su lenguaje. He tenido que desarrollar ese sexto sentido profesionalmente. Nos tenemos que acostumbrar a leer entre líneas a la gente. La comunicación verbal es maravillosa, pero esconde muchas trampas.
P: Creo que algunas de las definiciones de tu libro son extraordinariamente brillantes, trascienden el contenido semántico estricto para adquirir significados culturales y sorprenden al lector al mostrarle resultados que descubre con alegría. ¿Esa es tu intención, verdad?
GB: Si por mi fuera, me dedicaría a escribir un diccionario infinito, con todas las acepciones que se esconden debajo de la realidad. Eso sería inviable editorialmente, pero me gustaría hacer ver a todo el mundo que lo que decimos puede llegar más allá de lo que imaginamos.
P: Veo tu libro como un viaje a nuestra experiencia, donde cada palabra es una estación que recorres otra vez descubriendo cosas nuevas.
GB: Sí. Yo pretendo que el lenguaje no se quede en el mundo de lo abstracto o estético, sino que lo aterrizo en la parte terrenal de nosotros aportando nociones de mi propia experiencia con la que espero que todo lector se pueda sentir identificado.
P: ¿Hasta qué punto crees que es necesario en tu trabajo, o en la sociedad en general, saber escuchar?
GB: Es muy importante que todo el mundo sepa que alguna vez puede encontrar espejos en los otros. Alguien que los comprenda. Poder verse reflejado en otro y así, poder observarte a ti mismo. Vivimos una vida demasiado individualista y rutinaria. A veces, hay que detenerse y ver la imagen que de nosotros mismos damos. Ahora, estamos en un proceso de convivencia excepcional que puede servir para que esa empatía se produzca. Este confinamiento va a ser un experimento social curioso e importante.
P: Todos hemos querido ayudar alguna vez a un amigo con un consejo. Y entonces, comprendes lo importante de las palabras que empleas, porque cuando lo que dices puede significar otra cosa diferente porque eliges mal las palabras, puede ser un desastre. ¿Es el lenguaje un instrumento delicado?
GB: Efectivamente, las palabras siempre son un arma cargada. Yo trato en todos los conceptos y palabras que utilizo en mi libro de normalizarlos. Nada es malo o bueno. En cada momento diferente, una palabra puede llevarte a un destino distinto. He tratado de demostrar al lector que eso es posible con las palabras que he elegido. No debemos enjuiciar severamente nuestra primera impresión cuando escuchamos. Discúlpalo, puede ser otra cosa.
P: ¿Qué actitud esperas de tus lectores frente a tu libro?
GB: Pues la misma que tengo yo con mis libros. Que los subrayen, que anoten otras acepciones que se les ocurran, que lo llenen de ideas. Me gustaría que este libro ayudara a los demás a encontrar palabras con las que describir sus emociones, verbalizar sus problemas. Porque cuando eres capaz de decirlo, de expresar lo que te pasa con exactitud, aprendes a superar los miedos o los malos entendidos.
P: Todos tus libros son emocionantes pero breves. Desgranas con éxito conceptos, situaciones cotidianas o extraordinarias, relatas hechos sorprendentes y casi descubres el lado oculto de la luna en situaciones que otros no verían. ¿para cuándo esa novela larga, llena de los personajes que seguro que ya bullen en tu mente?
GB: Pronto. Ya apenas si puedo mantenerlos encerrados dentro del cajón de mi escritorio, jajaja
El Libro
Editado por Olélibros, A propósito de…, tiene 192 páginas y está en la librerías desde el día 2 de Marzo. En él, la autora nos propone una palabra y nos habla de su origen etimológico para a continuación sorprendernos con un significado inesperado. Y resulta que de todas las cosas que esa palabra podría contarnos, Grela nos descubre las más emocionantes, aquellas que abren la puerta de los maravillosos tesoros que se esconden en ella.
No hagan lo que la autora propone. No escriban en los márgenes. No subrayen lo que les sorprenda o emocione. Cuiden el libro, porque cuando vuelvan a leerlo, descubrirán otras historias, otros recuerdos, otras emociones. Así que no dejen pistas, sorpréndanse de nuevo cada vez.