Las estepas cerealistas de la provincia de Alicante agonizan. No es una afirmación alarmista, sino una realidad constatada en cada nuevo transformación arbitraria de las zonas de cultivo en zonas de especial protección para las aves (ZEPA, por sus siglas). Transformaciones, en definitiva, que destruyen el hábitat de multitud de aves y otros animales cuya supervivencia depende en muchos casos del mantenimiento de las características propias de estas extensiones de terreno.
Al fin y al cabo, estamos hablando de la destrucción de un hábitat, e igual que a nadie le cabría en la cabeza asfaltar la arena de nuestras playas -en las que ‘descansa’ parte del género humano en sus vacaciones-, tampoco parece admisible dejar a la fauna sin su zona de desarrollo, cuanto más si además hablamos de especies en peligro de extinción.

Sin embargo, este auténtico acoso y derribo a los animales y en este caso concreto, a las aves, se lleva a cabo de forma sistemática ante la pasividad de la administración autonómica, tal y como ha podido constatar la asociación para la defensa de la naturaleza al sur de València, ADENSVA.
El pasado mes de noviembre se notificó a la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica la roturación de más de 100 hectáreas de cultivos cerealistas de secano en la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de Moratillas-Almela, en Villena, para realizar un cambio de cultivo, probablemente a almendros en regadío.
Estos trabajos agrícolas llevaban realizándose varias semanas, llamando la atención la ausencia de seguimiento y vigilancia en este espacio de la Red Natura 2000 por parte de la administración autonómica. Tras una aparente paralización de los trabajos agrícolas, a finales de enero se reiniciaron con la plantación de miles de almendros y olivos.
Los cultivos cerealistas presentes en este espacio natural acogen las últimas poblaciones valencianas de aves esteparias protegidas a nivel autonómico, nacional y europeo, como el sisón, el cernícalo primilla, la ganga ibérica y la ortega, además de ser áreas de dispersión de grandes rapaces como el águila real, el águila perdicera y el águila imperial ibérica.

Esta agresión supone la pérdida del 35% de la superficie cerealista de Moratillas, y afecta plenamente al área donde se han localizado dos de los últimos machos territoriales de sisón que todavía sobreviven en la provincia de Alicante, donde la especie se encuentra al borde de la extinción debido a la imparable transformación
de su hábitat.
Dichos cambios agrícolas se están produciendo sin ningún tipo de regulación y supervisión por parte de la Generalitat, que incumple flagrantemente con su obligación de conservar los valores ambientales, a pesar de tratarse de acciones que atentan contra los valores biológicos por los que dichos espacios se incluyeron en la Red Natura 2000.
ADENSVA ha remitido un escrito a la Fiscalía Provincial de Alicante denunciando las roturaciones y cambios de cultivos no autorizados en la ZEPA Moratillas-Almela. Según este escrito los propietarios de las parcelas agrícolas afectadas están infringiendo el artículo 330 del Código Penal, al dañar gravemente alguno de los elementos que han servido para calificar el espacio natural protegido, así como varias Directivas europeas (Directiva Hábitats y Directiva Aves) y la ley 11/94 de Espacios Naturales Protegidos de la Comunitat Valenciana. Por todo ello, se ha solicitado a la Fiscalía que se obligue a los responsables a restaurar los terrenos transformados de tal manera que sigan pudiendo constituir el hábitat requerido ecológicamente por las especies objeto de protección.

Tras casi 12 años desde que se declarase la protección de la ZEPA Moratillas-Almela y otras con presencia de aves esteparias como Els Alforins (Villena y Fontanars dels Alforins) y Meca-Mugrón-San Benito (Ayora), todos estos espacios han sufrido una pérdida drástica de sus hábitats sin que la administración valenciana haya intervenido de manera significativa. De hecho, las normas de gestión de estos espacios naturales todavía no están aprobadas. Estos instrumentos de gestión son de crucial importancia para evitar el deterioro y la alteración de los hábitats y especies que motivaron la inclusión de estas áreas en la Red Natura 2000. A su vez, estas normas incluyen bonificaciones a los propietarios que adoptan medidas agrarias sostenibles y respetuosas con la conservación de dichos ecosistemas.
Desde ADENSVA, junto a las organizaciones conservacionistas Salvatierra, Societat Valenciana d’Ornitologia (SVO), Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA), Grup d’Estudi dels Rapinyaires – Ecologistes en Acció (GER-EA) y la Asociación de Guías de Birding de la Comunitat Valenciana, se insta a la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica para que actúe de manera urgente y contundente para proteger a largo plazo estas estepas cerealistas y sus especies más características.