El Despertar de la Conciencia
Poemario dedicado a María Cambrils por Ana Noguera
La autora es doctora en Filosofía y Letras y ha ocupado distintos cargos políticos de gran responsabilidad en Valencia. Candidata a la alcaldía de Valencia por el PSOE, todos recordamos su alegría, entusiasmo y cordialidad. Muchos años, después conserva su ímpetu e ilusión por las causas solidarias, sobre todo, por aquellas que están encaminadas a conseguir la promoción de la igualdad de la mujer.
Esta causa, el feminismo, ha formado parte del ideario del socialismo desde hace más de un siglo gracias, sobre todo, a las mujeres que dentro de él militaron. Algunas de ellas, como Clara Campoamor, son sobradamente conocidas y admiradas. Pero antes, en ese amanecer de la Libertad que se vivió en España a inicios del SXX, hubo otras que se enfrentaron a ese universo de injusticia que gobernaban los hombres de derechas y de izquierdas.
María Cambrils fue una de ellas. Formó parte del consejo de redacción de El Socialista, dirigido por Pablo Iglesias, el fundador del PSOE. Allí, escribió docenas de artículos que fueron concienciando a los hombres de izquierdas de la lucha que por la Libertad libraban también las mujeres. Fue la autora de un pequeño libro, Feminismo Socialista, y me cuenta Ana Noguera que la propia Clara Campoamor la citó en las Cortes cuando defendía el sufragio para las mujeres.
La entrevista
Pregunta: ¿Qué influencia social y política tuvo María Cambrils ?
Ana Noguera: Mucha, por eso me sorprende que se la haya olvidado con el tiempo. Ella escribió ese libro Feminismo Socialista y un centenar de artículos. El libro estaba prologado por Clara Campoamor, y en un momento en que se estaba debatiendo en las Cortes españolas el voto de la mujer, se cuenta que Clara citó en los debates del Congreso párrafos completos de María Cambrils para defender el sufragio femenino.
P: ¿Llegó a ocupar cargo político?
AN: No. Ella no. Sí lo hizo su marido quien tuvo cargos relevantes en el sindicato y en el partido. Ella estuvo dentro del consejo de redacción de la revista de El Socialista. Probablemente porque enfermó muy joven. Poco después de acabar la guerra, falleció de una enfermedad muy grave para el momento. De todas formas, de haber sobrevivido, hubiera terminado exiliada o en alguna cárcel. Pero fue muy reconocida por las mujeres de su época y Pablo Iglesias, el fundador del PSOE, la tuvo a su lado en la redacción de su revista.
P: ¿También en aquella época republicana el feminismo tuvo que abrirse paso con dificultades?
AN: Siempre. El feminismo ha tenido que abrirse paso con dificultades porque sean cuales fueren las estructuras políticas o ideológicas de cualquier organización, el varón ocupaba el poder. Pero fue en el socialismo donde las ideas feministas tuvieron más influencia porque las mujeres que estaban allí lo defendían. Eran parte de la izquierda, cosa que no sucedía en las organizaciones conservadoras. Las pocas mujeres relevantes entre los conservadores no lo defendían. Y es verdad que se tuvo que abrir paso con esfuerzo dentro del socialismo pero también, es verdad, que tuvo mucho más apoyo allí que en cualquier otro sitio.
P: Este libro de poemas manifiesta tu reconocimiento a María Cambrils. La poesía tiene unos recursos diferentes a la razón para llegar al corazón de las personas. Como profesora de Filosofía, ¿te has pasado al enemigo?
AN: Como decía María Zambrano, la filosofía queda en el ámbito de la razón, pero la poesía llega allí donde la razón no puede llegar. Pero yo mantengo el equilibrio. Para mí, Antonio Machado era el filósofo poeta y Zambrano la poeta filósofa. Porque, aunque ambos estilos han estado reñidos desde siempre, ya hay debates en la cultura griega, yo los utilizo a los dos: escribo mucho ensayo minuciosamente argumentado pero recurro a la poesía cuando la razón no me llega; cuando necesito desnudarme más; cuando quiero contar cosas que me son más propias; para permitirme convicciones emotivas a las que he llegado sin necesidad de argumentar. Así que no es el enemigo, sino un complemento necesario.
P: A la poesía se la asocia con el amor y por tanto con la juventud, pero estos poemas tuyos son profundamente emotivos y no hablan de amor.
AN: Escribo poca poesía de amor. A veces, la escribo porque no quiero que digan que la ignoro, pero efectivamente la emoción poética abarca todos los órdenes de la vida. Aunque me gustaría pensar como tú, que leer poesía siempre nos retrotrae a sentimientos y emociones juveniles. Yo me muevo más cómoda en la poesía social.
A la poesía la necesitamos en todos los momentos de nuestra vida: en la juventud cuando nos enamoramos ingenua y perdidamente y pensamos que no seremos capaces de superar un fracaso amoroso; también, a medida que nos hacemos mayores y apaciguamos aquellos sentimientos pero necesitamos de la poesía para sentimientos más profundos; para tratar de respondernos a las preguntas que nos hemos hecho siempre: ¿qué hacemos aquí?, ¿para qué servimos?, ¿cuál va a ser nuestro huella?, ¿ha merecido la pena vivir?, ¿qué es la vida, qué es la muerte…?Yo creo que cuando vamos cumpliendo años la búsqueda del amor se convierte en una búsqueda de la felicidad; en encontrarle sentido a nuestra existencia. Yo creo que es a eso a lo que trata de responder la poesía que yo hago.
Y de todas las cualidades femeninas ¿cuál destacarías tú?
Este libro es un canto más que al feminismo, es un reconocimiento a la mujer en su cualidad exclusiva de la maternidad, origen de la vida humana; a ese elemento específico de su esencia de mujer; al cambio que se produce cuando te quedas embarazada y todos ya te miran de otra forma. Cuando nace el bebé, todos se muestran felices, pero, entonces, la mujer comprende que estaba relegada, antes y después.
P: Tú como profesora de jóvenes universitarios, ¿crees que han evolucionado ante el feminismo, son más sensibles que hace cuarenta años cuando iniciamos nuestra andadura democrática?
AN: A ver, no podemos generalizar. Los jóvenes de ahora no son ni mejores ni peores de lo que éramos los de hace cuarenta años. Tienen herramientas distintas, otros conocimientos y dentro de ellos, los hay como sucede en todos los ámbitos de nuestra sociedad, quienes están más sensibilizados y quienes no están interesados ni motivados para defender estas ideas. Las chicas lo están ya de una forma más natural, incluso algunas se muestran sorprendidas de que aún tengan que luchar por eso. Pero, en general, todos, hombres y mujeres, se ven de igual a igual sin darle mucha trascendencia. Ahora, a los jóvenes les preocupan otras cosas que a nosotros no nos preocupaban nada y que son fundamentales para su vida. Les preocupa el cambio climático, la Naturaleza, la creciente movilidad laboral y habitacional, cosas propias de su generación.
P: ¿No temes que haya un retroceso y que algunos hombres, incluso jóvenes, traten de someter de nuevo a las mujeres a su voluntad? Porque parece que hay una involución machista.
AN: Aquí pasa como en todos los procesos revolucionarios, que cuando se está en el último estadio para conseguir la libertad o los derechos por los que se lucha, surgen movimientos reaccionarios que tratan de impedirlo para mantener sus injustos privilegios, pero no durará mucho porque las mujeres de hoy ya no son aquellas que aceptaron la injusticia.
P: ¿Cuáles son tus proyectos inmediatos?
AN: Sigo escribiendo poemas y, en equipo, estoy preparando un informe sobre Europa y el Estado del Bienestar. Siempre en el ámbito de la cultura.
P: ¿Y de activismo político?
AN: Yo nunca he dejado el activismo político y social. Mis poemas lo son, mis colaboraciones solidarias, también, y, en mi día a día, el compromiso con la sociedad está presente en todo lo que hago. No es necesario ocupar un cargo público para hacer política. Esa es una etapa pasada, una lección aprendida pero sigo haciendo política de otra manera.
El libro
María Cambrils, autora Ana Noguera, Poemas, 100 páginas, edita Olélibros.
María Cambrils fue una mujer que defendió el feminismo en los albores del SXX y que murió a principio de los años 40 aún joven. Vivió enamorada de un sindicalista que fue encarcelado y fusilado al acabar la guerra cuando ella ya estaba muy enferma. La lucha por la Libertad tiene, a veces, esas crueles recompensas personales. Pero la semilla de sus ideas termina germinando en los surcos de los años. Ana Noguera deja una flor sobre su tumba casi olvidada.
Un libro de pequeño formato pero de gran valor.
Me he sentido como cuando contemplo el cuadro de Delacroix: La Libertad guiando al pueblo. Hay emociones que mueven al corazón sin necesidad de argumentos. Eso es lo que despierta este libro. Cien páginas, cien motivos para respetar al feminismo.
Y un descubrimiento: María Cambrils…y Ana Noguera.