Arce japonés, un toque oriental para tu jardín
El arce japonés es un arbusto o árbol ideal para la época otoñal, ya que aguanta bien las bajadas de temperaturas.
LO QUE DEBES SABER…
Hojas: de varias formas y colores dependiendo de la especie. Van desde el color verde y amarillo, hasta el dorado, rojo y púrpura.
Plantación: mejor en otoño, en zonas de semisombra donde no dé el sol directo ni el viento.
Heladas: proteger el suelo de alrededor con corteza de árbol o corcho.
Si estáis pensando en plantar alguna planta estival en vuestro jardín (en especial si seguís la decoración zen), el arce es de vuestras mayores bazas, ya que tiene la ventaja de que según le cuidéis, puede transformarse en un arbusto o en un pequeño arbolito. Por esta razón y por su cambiante color según la variante que escojáis, es muy valorado en jardinería.
Características del arce japonés
Es un árbol algo frágil, que pertenece a la categoría de caducifolios. Si le dejáis crecer puede llegar hasta los 10 metros de altura (aunque su tamaño medio son los 6 metros).
Del tronco salen multitud de ramas, dando finalmente lugar a una forma de seta y muy frondoso.
Las hojas son grandes con forma de palmera más delgada según qué tipo elijáis y llegando a medir unos 12 cm. Los colores varían del verde a un hermoso rojo, según la variedad de subespecie que plantéis en vuestro jardín:
– Osakazuki: es el más general, tiene hojas con 7 lóbulos, verdes en verano y rojas en otoño.
– Disectum: siempre verde, sus hojas son hendidas o lobuladas.
– Aureum: cuyas hojas son de un color amarillo claro en primavera y de un dorado intenso en otoño.
– Bloodgood: con hojas de color rojo intenso en primavera y púrpura en otoño.
– Atropurpureum: tiene un rojo púrpura durante todo el año.
– Disectum atropurpureum: una variante rara ya que su color es de un rojo muy oscuro y la forma de sus hojas hendidas.
Cuidados de un arce japonés
Este árbol tiene el problema de que es bastante delicado, por lo que tendréis que tener un cuidado extremo con él.
Es un árbol especifico para zonas más bien frías, pero sin llegar a ser muy exagerado, ya que tolera bien el frio, algo que no sucede con el calor, por lo que será mejor que no lo plantéis en una zona donde pueda darle el sol de forma directa.
Elegid un sitio para plantarlo que esté resguardado del viento y a la semisombra.
Es una planta que necesita de un sustrato muy rico, por lo que siempre tiene que tener la tierra con humedad y abonarla dos veces al año (ya sabéis, mejor si el abono es orgánico).
Es un árbol resistente eso sí a las enfermedades, con lo único con lo que tendréis que tener cuidado es con los hongos y los pulgones, pero con el uso de un buen fungicida bastará.
El otoño será buen momento para realizarle una poda. Hacedlo desde la base, hacia afuera, limpiando las ramas pequeñas que crecen por el tronco.
También será momento de plantarlo o de sembrarlo, aprovechando el frescor del suelo y que el sol no sea demasiado abrasivo. Cuando comience a helar eso sí, tapad el suelo alrededor del árbol con corteza o con corcho, para evitar que se congele.
Categoría: Jardinería, Árboles
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