Los colectivos animalistas Mis Amigas las Palomas, el Rebrot de la Vida, Pacma, AnimaNaturalis y La Folganza han emitido un comunicado en el que, tras poner de relieve la extrema crueldad con las aves en el tiro a vuelo o tiro al pichón. Una práctica que, aunque rodeada de secretismo, aún en 2020 se lleva a cabo en diferentes lugares del estado español en los que aún no ha sido abolido. En la Comunidad Valenciana no sólo está permitido sino que en determinadas zonas de nuestro territorio gozan de cierta raigambre popular.
Así, las asociaciones y entidades firmantes explican que el tiro a vuelo consiste en disparar a un ave -pichón o codorniz- que previamente ha sido lanzada a brazo, propulsada desde un tubo o introducida en un caja cuya puerta se abre para que el animal vuele. Antes de este paso, en la mayoría de los casos al pichón le arrancan la cola, algo que causa un dolor extremo al ave -según un informe emitido por AVATMA, asociación de veterinarios abolicionistas de la tauromaquia y el maltrato animal-.
Tras el disparo, algunas aves mueren, pero otras agonizan durante horas o incluso días. Las que caen abatidas pero vivas dentro del campo de tiro son pisoteadas hasta su muerte o abocadas a la basura junto a otras aves muertas, donde acaban muriendo aplastadas, asfixiadas, desangradas... Las que caen abatidas fuera del campo no corren mucha mejor suerte.
Tienen heridas que se pueden infectar o por las que se pueden desangrar, no tienen una cola que les ayude a dirigir sus movimientos, tras la colisión contra el suelo es difícil valerse por sí mismas para adquirir alimento y agua, por lo que muchas acaban también muriendo tras una larga agonía. Tanto sus cadáveres como las aves que logran sobrevivir pueden servir de alimento para animales depredadores, que ingerirán los perdigones que hayan alcanzado al ave, con el consiguiente peligro de intoxicación de la fauna silvestre.
Por último, las aves que logren escapar, poblarán un espacio, ya sea rural o urbano, por lo que pueden provocar un desequilibrio del ecosistema. Cabe recordar, señalan los colectivos firmantes, que en muchos municipios, debido a la sobrepoblación de palomas, se está procediendo a su sacrificio.
Además, estas aves son criadas en granjas con el único objetivo de ser utilizadas posteriormente para esta práctica. No son animales salvajes, sino domésticos, por lo que su asesinato no se rige por las leyes de caza, sino por las de protección de animales domésticos. En muchos casos, representan excepciones expresas a la prohibición legal de maltratar animales domésticos y de compañía. Entre tiradas oficiales, sociales y entrenamientos, más de 4 millones de aves son masacradas al año en el estado español debido a esta actividad.
Por todo esto, los colectivos firmantes creen "que tenemos motivos de sobra, no sólo animalistas, sino también ecologistas, para exigir la abolición de una forma de maltrato animal extremadamente cruel, una práctica gratuita de tortura y asesinato de animales domésticos".
El tiro a vuelo es una práctica que sólo está permitida en 7 países de todo el mundo: Portugal, España, México, algunas provincias de Argentina, algunos estados de EE UU, Egipto y Brasil. En España, varias comunidades autónomas lo han prohibido: Canarias, Catalunya, Murcia, Galicia, Baleares y La Rioja.
Además, señalan los firmantes, existen alternativas mucho más baratas para el tiro como el plato y las hélices. Prácticas éstas que permite a quienes necesitan saciar sus ganas de disparar a algo que se mueva, hacerlo sin hacer daño a nadie.
Los firmantes llaman la atención en un tono no exento de crítica y decepción de "los llamados gobiernos del cambio, como el que tenemos en la Comunidad Valenciana", en el sentido de que han expresado por activa y por pasiva "sus compromisos y propósitos de protección animal", pudiendo esperarse "la prohibición de esta masacre. Pero no. El proyecto de ley de protección animal a través de la cual se podría haber prohibido esta barbaridad y de la que tanto se enorgullecía el gobierno valenciano, se quedó la legislatura pasada en un cajón".
Desde esta decepción y perplejidad, los firmantes lanzan una pregunta "a este gobierno que se queda en buenas intenciones: ¿Cuando saldrá a la luz esa ley que quedó olvidada por falta de acuerdo entre ustedes, quienes nos gobiernan? Una ley que contemplaba otras medidas, como el sacrificio cero de animales en perreras y una regulación más estricta para la caza. ¿Cuándo se atreverán a seguir el ejemplo de otras comunidades y acabar con una actividad violenta, sádica e innecesaria, nociva para los animales y para el medio ambiente?".
Los colectivos animalistas plantean que "es difícil confiar en un gobierno que, lejos de posicionarse sobre la protección animal y actuar de manera contundente contra su maltrato, aprueba por la puerta de atrás normativas que afectan a los animales, mediante leyes de acompañamiento a los presupuestos anuales, una fórmula que ha sido llevada al Tribunal Constitucional por el PSOE, partido que forma parte del actual gobierno valenciano, y utilizada tanto para prohibir los circos con animales y las atracciones feriales con animales atados en carruseles como para modificar la ley de caza, haciéndola más permisiva y laxa, perjudicando, por tanto, a sus víctimas, los animales no humanos".
Mis Amigas las Palomas, el Rebrot de la Vida, Pacma, AnimaNaturalis y La Folganza, firmantes del comunicado, dejan claro que exigir a los partidos políticos que aprueben leyes que protejan a los animales de estas atrocidades no es ya suficiente. "También hacemos un llamamiento a la sociedad, a todas las personas que son conscientes de esta injusticia, para organizarse y luchar contra la misma, mediante todas las herramientas y formas posibles, sin miedo, para expresar su rabia y convertirla en acción, para proteger a quienes no pueden protegerse, para reclamar a la clase política que actúe, que prohíba por ley esta barbarie", concluye el comunicado.