La Ofrenda del mundo fallero a la Mare de Déu dels Desamparats llegó a su fin este sábado por la noche con el paso por la plaza que lleva su nombre de la Fallera Mayor, Consuelo Llobell, y su Corte de Honor, que entraron a la Basílica de la Virgen, para ser recibida por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, y ofrecer su ramo de flores a la Mare de Déu.
Antes de impartir la bendición, el Cardenal alentó a confiar más en la Virgen y pidió “que interceda por todos nosotros”. “Ella nos pide algo: que confiemos más en su hijo, Jesucristo, que aumentemos la fe en Él y la devoción por ella”, aseguró.
Por su parte la Fallera Mayor elevó también una oración a la Mare de Déu y entre otras cosas indicó que “han sido miles las flores depositadas estos dos días ante ti y en cada flor había una súplica, una petición y una plegaria”. De igual forma pidió a la patrona por todas las personas que se encuentran enfermas o solas y, en especial, invocó a la Virgen de los Desamparados para que el mundo fallero sea instrumento para “el bien común y la convivencia”.
Junto con la Fallera Mayor y su Corte de Honor ofrecieron sus ramos también las representantes de las fiestas de Alicante y Castellón y fueron recibidas también por el rector de la Basílica, Jaime Sancho, y el vicerrector Álvaro Almenar.
Acabó así una Ofrenda inédita, no tanto por las fechas en las que se ha producido, que también, sino por la ausencia total de público en la plaza de la Virgen y sus aledaños. Una circunstancia que no ha hecho sino demostrar, confirmar y reforzar esa comunicación silenciosa y personal que cada fallera ha tenido con la Mare, con las mismas muestras de emoción -o incluso más- que se han podido ver en tantos y tantos rostros.
