El portavoz de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Castellón, Vicente Vidal, ha celebrado que “Bruselas se haya puesto de parte de la mayoría de los castellonenses, que han llegado hasta el Comité de Peticiones para decir no a la reforma de la Avenida de Lidón. Allí, a más de 1.600 km de casa, los han escuchado, cosa que aquí ni la alcaldesa ni nadie del equipo de Gobierno ha hecho”.
El responsable de Cs en el ayuntamiento de Castellón ha lamentado que la alcaldesa Amparo Marco “haya tenido que hacer 1.600 km en balde para demostrar que la obra se trata de un mero capricho, por eso le han requerido más documentación que acredite los motivos objetivos del proyecto”.
El portavoz de Cs ha señalado que hoy “las distancias se han acortado gracias al trabajo bien hecho y el peso de las reivindicaciones de vecinos, comerciantes y castellonenses en general que quieren un Castellón más próspero y más abierto y accesible, distinto del que impone el Fadrell”.
«Ecologismo de postureo»
Por último, Vidal ha agradecido a su compañero de Cs Europa, José Ramón Bauzá, portavoz de transporte y turismo del grupo liberal Renew Europe, haber escuchado la petición de los vecinos de Rafalafena. En opinión del eurodiputado, la documentación remitida muestra que la avenida está en buen estado y no hay necesidad de reformarla.
Bauzá ha denunciado el «ecologismo de postureo» al recordar que “tanto en emisión de CO2 como en flujo de vehículos al día no se vería la necesidad de actuar” por parte del Ayuntamiento, “ya que son los menores ratios, existiendo numerosas zonas en la misma población que sí podrían tener mayor prioridad a la hora de que se pudiesen destinar esos fondos públicos europeos”.
Para Cs, «no solo no hay problemas de emisiones ni de flujo en la avenida, sino que eliminar plazas de aparcamiento y reducir el ancho vial hará multiplicarse la emisión de CO2, al obligar a los vehículos a un recorrido más largo para llegar al centro de la ciudad, en detrimento de la sostenibilidad ambiental por la que el Ayuntamiento dice trabajar. Desde un criterio de movilidad, también resultan perjudicados los vecinos y los comerciantes, alarmados con el proyecto y muy movilizados contra el consistorio».