El profesor de filosofía de la Autónoma de Barcelona Manuel Cruz nos entrega este libro en el que analiza lo que fue, lo que es y lo que debe ser nuestra democracia.
Catedrático y doctor en Filosofía, el autor, es además un destacado político del PSC-PSOE que ha sido elegido tanto para el Congreso de los Diputados como para el Senado de España, que llegó a presidir y donde en la actualidad ocupa un escaño. Nacido en 1951, ha vivido en primera persona la transformación democrática de España. Primero, en los últimos años de la dictadura en una Barcelona donde los jóvenes universitarios capitalizaban la protesta permanente social e ideológica. Después, en un partido socialista activo y protagonista de los cambios que nos han traído hasta aquí. Representa la conciencia histórica del socialismo. Una historia que exige renovación y evolución de la izquierda para adaptarse a la nueva realidad social: “El socialismo puede quedarse sin banderas” en la medida que vamos rebasando objetivos que antaño estuvieron en el horizonte temporal lejano.
La obra ofrece una visión precisa de las ideas que constituyen el substrato de nuestra organización social, y por ende de nuestra Democracia. Identifica el origen de cada una de ellas y su influencia. Centenares de citas, autores y protagonistas. ¿Cómo puede conciliarse tanto conocimiento, tantas publicaciones, respetar tantas autorías diferentes? “Es lo que hago, leo, estudio, explico, esa es mi vida. Siempre lo ha sido.”
Le enfrento a su obra, al concepto de “utopía” asociado a “democracia”. ¿Es acaso algo irrealizable, un delirio improbable? La Democracia no debe considerarse tan sólo un conjunto de instrumentos legales para organizar la sociedad, me contesta, es también una forma de vivir emancipados de prejuicios, de ataduras del pasado y, a la vez, un objetivo de perfeccionamiento social al que debemos dirigirnos.
Ese objetivo lo explica en el capítulo: 3. A dónde va todo esto. En él revela que el Hombre es un ser “teleológico”, es decir, capaz de vivir para realizar sus propósitos, aunque no siempre los alcance. Analiza la declaración de Nietzsche: “Dios ha muerto”, en el sentido de que el destino está en nuestras manos. Para el profesor Cruz, seremos los autores de nuestro futuro. De eso va la Democracia. Le pregunto que entonces en aquellos países y para aquellas culturas donde el destino está en manos de Dios, ¿es imposible la Democracia? Noto cierto desánimo en su voz: ”la religión, y el fanatismo asociado, deberían quedar en la esfera de la vida privada, sin invadir la organización social”
¿Amanecer o crepúsculo de las ideologías? Se pregunta en un apartado de su libro. Analizo con él la caída del Muro de Berlín, el fin de la utopía comunista y el auge del neoliberalismo antiestatal. “Desde los años 90 hasta la crisis del 2008 y sobre todo, ahora con la crisis sanitaria, hablar entonces del Estado como garante de bienestar y servicios esenciales era casi una herejía, ahora sin embargo, nadie lo discute”. Para él ya hemos superado la etapa más dura del capitalismo insolidario. Ahora es el momento de profundizar en las ideas que nos ayuden a que la Democracia como aportación de valores que incluyan los derechos de los demás forme parte de nuestra vida. Para el el socialismo y sus valores están muy cerca de ese objetivo, pero no se identifican.
No he podido evitar la tentación de preguntarle por nuestro momento político. Por las dudas que genera el poder que ostenta en nuestro país el Presidente del Gobierno, como institución. Por el hecho de poder gobernar sin el concurso del Congreso a base de decretos. ¿Está nuestra Democracia en peligro?¿Corremos el riesgo de que alguna vez el todopoderoso Presidente se convierta en dictador? “NO, contesta, la prueba la tienes en que al anterior lo desalojó del poder el Congreso de los Diputados. Otra cosa es que se abuse en exceso del uso del decreto-ley” Para él esto ultimo no pone el peligro la Democracia.
Pienso yo, que las ideas, como el resto de las partes que forman nuestra identidad, necesitan alimentarse. Nadie puede vivir sin ingerir alimentos durante años. Así que, si no queremos albergar una mente muerta debemos nutrir nuestras ideas. El profesor Manuel Cruz os regala este libro que ofrece un alimento exquisito para renovar y actualizar esas ideas necesarias para interpretar y comprender la realidad que vivimos y que son el origen de los propósitos con los que alcanzaremos nuestro futuro.