El Jardín de los Viveros ha acogido la celebración del Día Mundial de la Miel Urbana
El Observatorio Municipal del Árbol de Valencia ha encontrado dos colmenas alojadas en árboles del jardín de Ayora y uno en la plaza del Cedro, en sus tareas de mantenimiento del arbolado de la ciudad. La concejalía de Parques y Jardines quiere aprovechar este hallazgo como herramienta de educación ambiental y la primera actividad realizada en esta dirección ha sido la celebración del Día de la Miel Urbana que se ha llevado a cabo hoy a los jardines de Viveros.
Allí se han expuesto las tres colmenas al público así como los botes de miel urbana de Valencia que han generado las abejas de estos panales naturales. Se trata de la primera experiencia de Valencia en el mundo de las abejas en entornos urbanos y acerca la ciudad al movimiento Beekeeper, que apoya y fomenta la apicultura urbana y que crece sin cesar por todo el mundo.
“Nuestra intención es desarrollar este proyecto de abejar urbano, apoyándonos en las experiencias otras ciudades, por varios motivos: para profundizar en el conocimiento de una ciudad sostenible rica en biodiversidad, su uso como herramienta de educación medioambiental y de concienciación ciudadana y su posible futura ocupación como bio-indicadores de la calidad ambiental”, ha explicado Pilar Soriano, regidora de Parques y Jardines.
La colmena de la plaza del Cedro se encontró en un árbol Populus alba "bolleana", que presentaba una importante cavidad en la base, que era donde se alojaban los insectos. La estática del árbol y el miedo a las picaduras que se creaba entre los usuarios, implicaba lamentablemente el abatimiento del árbol para poder acceder al interior y recuperar la colmena para su posterior traslado, y como consecuencia el comportamiento de las abejas fue más agresivo. Para no destruir la colonia (hay que recordar que es una especie protegida), se contó con los medios de un apicultor profesional y, en este caso, también con los de un equipo de profesionales del árbol para la correcta ejecución de los trabajos además de un equipo de bomberos que aportaron una cámara de infrarrojos para comprobar la medida y la ubicación de los panales en el interior de la cavidad.
En las dos colmenas del jardín de Ayora se pudo utilizar un método menos agresivo. En uno en la base de un Acer negundo y el otro a 3 metros de altura en una Roinia pseudoacacia. La técnica utilizada para extraer los panales fue la que menor estrés genera a las abejas.
La drástica reducción en la población de abejas que se ha producido en las dos últimas décadas, tanto en Europa cómo en los Estados Unidos, propició la aparición de proyectos de apicultura urbana en diferentes ciudades del mundo, hasta acontecer un movimiento denominado "Beekeeper". Hoy en día, esta actividad se desarrolla en más de un centenar de ciudades, y sigue avanzando de manera imparable. Paris fue la pionera al impulsar esta actividad que desde el siglo XIX está legislada.
En Nueva York, gracias a la presión social, se legalizó esta práctica el 2010, y hoy en día hasta los más lujosos hoteles, tienen colmenas en sus azoteas, y la miel que producen es uno de los grandes atractivos de sus menús.
Pero sin duda, Londres es la capital de la apicultura urbana mundial, tanto por el elevado número de colmenas urbanas, como por la variedad de actividades que se ofrecen, o el número de asociaciones implicadas en acciones apícolas. Su alcalde inició una campaña llamada “Capital Bee”, en la cual se entregan gratuitamente una o dos colmenas a las personas comprometidas que las instalan en la terraza o en el tejado de su casa.
