Las reivindicaciones de diversas asociaciones y entidades ecologistas sobre la protección de tendidos eléctricos que, a lo largo y ancho de la Comunitat Valenciana siegan la vida de multitud de aves sin que se tomen medidas eficaces al respecto, parece haber encontrado un resquicio que invita a la esperanza en la localidad de Pego, como han informado fuentes de la asociación para la defensa de la naturaleza al sur de Valencia (Adensva).
Las torretas eléctricas situadas al norte del casco urbano de Pego, en la comarca de La Safor, van disponiendo progresivamente de unas fundas de color rojo que impiden que las aves se electrocuten al posarse en ellas.
La solicitud de la ONG conservacionista vino motivada por el hallazgo, durante los años 2018 y 2019, de un total de 10 aves protegidas electrocutadas en diferentes apoyos eléctricos situados al norte de la población.
Ya en el año 2017 cuando miembros de esta asociación revisaban los tendidos eléctricos que rodean el parque natural del Marjal Pego-Oliva al objeto de comprobar el efecto borde que ejercen las ZEPAS (Zonas de especial protección para las aves) en sus áreas periféricas, comprobaron con enorme desolación, como en una misma línea compuesta por unos 24 apoyos se localizaron un total de 12 aves rapaces muertas por electrocución debajo de las torretas, entre búhos reales, cernícalos y busardos ratoneros.
Al hallazgo de estas aves se sumaban las localizadas en el interior del Parque, con un águila calzada, un busardo ratonero y varios moritos colisionados, lo que propició la apertura de un procedimiento de exigencia medioambiental por parte de la fiscalía de medio ambiente iniciado con motivo de la denuncia de Adensva que se saldó con la corrección de la totalidad de las torretas del parque natural y de una de las líneas que discurren por su área de amortiguación de impactos.
Sin embargo, en esta ocasión y con motivo de una entrevista de miembros de Adensva con la empresa eléctrica cuyo responsable se mostró preocupado por la altísima mortalidad registrada, la entidad solicitó la corrección en un corto plazo de tiempo de los apoyos más peligrosos que estaban diezmando la población de rapaces del entorno del parque, procediéndose actualmente a su protección que a buen seguro dará unos resultados muy satisfactorios.
Por otra parte, la entidad conservacionista lamenta que en el vecino término municipal de Oliva no se acometa una actuación similar por parte de I-DE que consiga de una vez por todas lograr que aquellas aves que deciden pasar el invierno con nosotros y, por ende, aportarnos sus servicios ecosistémicos en forma de rodenticidas naturales, puedan volver a sus territorios de cría una vez regrese el buen tiempo.
El cambio climático está consiguiendo que muchas de las aves que pasaban el invierno en el continente africano, decidan ahora pasarlo en nuestras latitudes. El problema radica en que, a diferencia de África, el arco mediterráneo es una de las regiones más electrificadas del mundo, lo cual supone un serio peligro para las poblaciones de rapaces ya no solo ibéricas sino de gran parte de Europa. Es muy triste comprobar año tras año cómo, tras la llegada de los primeros fríos, se empiezan a localizar un gran número de aves rapaces muertas debajo de las torretas de la luz a lo largo y ancho de la comarca de la Safor.
Desde Adensva se recuerda que al amparo de lo que establece la Ley de Patrimonio y Biodiversidad, la Ley de responsabilidad Medioambiental o el mismísimo artículo 9 de la Ley 21/92 de Industria, el cual dice claramente que la seguridad industrial debe prevenir y limitar los riesgos y los daños a las personas a la fauna y a la flora, algo que evidentemente no se está cumpliendo siquiera en muchísimas zonas designadas como Zepa.
La interacción de las aves con los tendidos eléctricos al desnudo sin elementos de protección para la avifauna está ocasionando una gran pérdida de biodiversidad (más de 33.000 aves/año según el M. de medio Ambiente) algo que provoca serios desequilibrios en los ecosistemas y afección a un gran número de especies, incluida la nuestra, al verse afectada por las plagas ocasionadas.