El puente que el arquitecto Santiago Calatrava diseñó para atravesar el Gran Canal de Venecia se ha convertido en una de las obras que más problemas le ha ocasionado. Por su causa tendrá que vérselas ahora con la Justicia italiana, que le reclama una indemnización de más de 3,5 millones de euros por el «mal proyecto y la gestión de la obra». El Tribunal de Cuentas italiano llegó a esta conclusión tras una investigación que ha durado siete años y en la que están involucrados otros seis técnicos que participaron en la obra.
“La obra sufre de una patología crónica caracterizada por la necesidad de una vigilancia constante y de un recurso continuo a intervenciones en modo alguno relacionadas con el mantenimiento de rutina”, sostiene el escrito, firmado por el fiscal Carmine Scarano.
El fiscal regional de Venecia, Carmine Scarano, envió a Nueva York, ciudad en la que vive el arquitecto español, la notificación de la investigación. Calatrava dispondrá de 90 días para presentar una memoria en su defensa, tras lo cual la Fiscalía decidirá si se archiva el caso o va a juicio.
“La realización del Cuarto Puente sobre el Gran Canal ha comportado un aumento objetivo y temerario de los coste respecto al gasto previsto inicialmente y comportará en el futuro un desembolso económico constante y desproporcionado por parte de la administración”, señala el texto de la Fiscalía, recogido por el periódico veneciano ‘La Nuova’.
En concreto, Scarano sostiene que hubo errores de diseño que atribuye a Calatrava y a otras seis personas: Roberto Scibilia, Salvatore Vento, Roberto Casarin, Franco Bonzio, Luigi Licciardo y Hermes Redi. “Son hechos que justifican una citación por daño al erario público”, concluye.