La Generalitat sigue adelante con su impulso a la declaración de la paella como bien cultural inmaterial y, con ella, «el arte de unir y compartir» que el plato valenciano más universal lleva intrínseco, como elemento que trasciende a lo meramente gastronómico hasta un hecho cultural y diferencial valenciano de indudable raigambre y significación.
El camino iniciado el pasado día 7 de abril con la aprobación por parte del Consell en este sentido, sigue adelante con otro paso que hoy toma forma en una resolución de la Conselleria de Educación basada en la ley de patrimonio cultural valenciano. Dicha resolución expone que la paella es «el epicentro de la tradición gastronómica valenciana y un elemento vertebrador» que se ha convertido en «una de las marcas mundiales más prestigiosas».
La distinción que se pretende obtener para la paella llevará aparejadas una serie de medidas para su protección y puesta en valor tales como identificación y descripción, investigación, estudio y documentación con criterios científicos. Un marco, en definitiva, que acabe con debates estériles y clarifique qué es y qué no es la paella con todas sus consecuencias. De ahí que la tutela de la conservación de sus valores tradicionales y la transmisión de los mismos a las generaciones futuras sea uno de los ejes fundamentales del proceso ahora iniciado.
Desde el mismo cultivo y recolecta del arroz, pasando por los procesos y diversas técnicas para la elaboración de la paella y hasta los rituales y elementos simbólicos a su alrededor, conforman un patrimonio cultural e identitario que se pretende, con este impulso, proteger como lo que es, un factor diferencial valenciano que «debemos salvaguardar, mantener y transmitir a generaciones futuras», reza el texto de la resolución.
Por otra parte, la infinidad de eventos y celebraciones que jalonan la geografía de la Comunitat alrededor de la paella ponen de relieve que efectivamente se trata de un elemento «vertebrador del territorio», con fiestas como las Fallas, las Fogueres y la Magdalena como ejemplos más sobresalientes pero también otras con la paella como elemento claramente protagonista como las de Benicàssim o el Concurso Internacional de Paellas de Sueca, con mas de 60 ediciones en su haber y parte de sus eliminatorias celebrándose fuera de nuestras fronteras, como en Japón y países de América.