Dos trágicos hallazgos por parte de los agentes medioambientales de la comarca de Requena-Utiel han dejado un día aciago para la recuperación de la fauna en la comarca.
A través de su perfil en Twitter, los agentes informaban del hallazgo, en una balsa de polietileno ubicada en plenas Hoces del Cabriel, en término municipal de Venta del Moro, del cadáver de un águila imperial, que por las evidencias encontradas murió ahogada tras no poder salir de la balsa.
No es un caso aislado. El mismo día, estos mismos agentes medioambientales encontraron en otra balsa dos zorros igualmente ahogados. Es más, se encuentran con esta cruel realidad habitualmente, y lo peor es que, con la nueva Ley de Protección de los Animales recién sacada del horno, no existe una norma que obligue a equipar a este tipo de balsas con vías de escape o cualquier tipo de medidas de seguridad para la fauna, aun cuando en este tipo de balsas mueren ahogados también perros y gatos -y no son pocos-.
El caso es que la ausencia de sistemas de escape en estas balsas, las convierte en auténticas trampas mortales. Los animales, tanto aves como terrestres, se acercan a beber, especialmente en épocas de calor, y luego se ven atrapados al no existir ningún medio que les permita salir o tan sólo asirse para descansar y coger fuerzas para salir por sus medios.
SEO/Birdlife emitió un informe sobre las causas de la mortalidad no natural de la avifauna que habla muy claramente de este problemática.

La mayoría de estos animales acaba falleciendo de puro agotamiento y es común ver evidencias de su lucha desesperada por sobrevivir. En el caso de la muerte del águila imperial en Venta del Moro, por ejemplo, los agentes medioambientales han observado que las uñas estaban desgastadas debido al rozamiento con la cal de la lona, mientras el animal trató de salir de la balsa.
En definitiva, se trata no ya de una triste historia que lamentar, sino la constatación de una problemática que puede dar al traste con la recuperación de especies tan importantes para la avifauna de la Comunitat Valenciana como el águila imperial. Algo totalmente evitable si se cuenta con la obligatoriedad de dotar a este tipo de infraestructuras de medidas de seguridad para la fauna, algo que iría en la línea de la protección de apoyos en los tendidos eléctricos, que ya es obligatoria en la actual legislación vigente.