El autor
Eloy Tizón es, como él se define a sí mismo, un apasionado lector. La Literatura es su alimento, su profesión y su paraíso. Si atendemos a la inmensa cantidad de comentarios, artículos, cuentos, novelas, conferencias y seminarios impartidos, lleva toda su vida descifrando y dibujando letras.
Es una persona metódica y ordenada capaz de desentrañar de manera reposada el mensaje oculto de los libros. Alguien que respeta el texto que lee y no pasa por alto ni se escandaliza de nada. Puede mostrar su desacuerdo, o sus discrepancias con el mensaje, pero respeta la obra bien construida y acepta que otro lector en el encuentro con sus páginas, experimente otros sentimientos.
Ha colaborado con los más prestigiosos medios escritos de nuestro país, ha recibido importantes distinciones y galardones y su magisterio como formador de escritores es muy apreciado.
Todas sus obras son un ejemplo admirable para sus alumnos y un placer para sus lectores.
La entrevista
P: ¿Con el tiempo, después de leer a tantos autores, se pierde el interés por la lectura y se despiertan las ganas de escribir como forma de devolver lo aprendido?
Eloy Tizón: Mi pasión lectora no ha desaparecido. Mantengo mi curiosidad y mi interés por descubrir la realidad que se esconde tras los libros. Recibo leyendo cada día sorpresas y estímulos que fortalecen mi pasión descubridora en las letras. Ahora, además, he descubierto el placer de releer y de contrastar los sentimientos que me despertó la primera lectura de una obra con los que me provoca hoy.
P: ¿Cree que los lectores deberían escribir las sensaciones y sentimientos de una obra y guardarlos bajo la tapa?
ET: Si lo hicieran se llevarían algunas sorpresas. De todas formas el resultado del encuentro de un lector con las páginas de un libro es un misterio y algo inesperado. Por eso proliferan con éxito los clubs de lectores donde se reúnen para compartir comentarios y sentimientos en torno a un libro.
P: Parece que los libros siempre dicen más de lo que contiene estrictamente sus palabras. ¿Los libros son interpretables?
ET: Por supuesto. En el sustrato de la historia escrita existe un sentido, un mensaje que cada lector interpreta a su manera. Un libro no es como un semáforo o una señal de tráfico. Esta capacidad de interpretar el mensaje de un libro cambia con el tiempo. Por ejemplo, El Quijote, parecía hace quinientos años un libro tan sólo divertido, que provocaba la risa y en el que se hacía burla de la pasión por leer libros de caballerías y las historias que en ellos se contaban. Ahora lo vemos de forma totalmente diferente, con una profundidad humanista y antropológica entonces inadvertida ¿Estaba en la intención creadora de Cervantes esa otra realidad? Ese es el gran misterio de todos los libros.
P:¿Tiene el escritor derecho a su privacidad?¿Influye el relato de su vida en el juicio sobre su obra?¿Tendría sentido hoy escribir con pseudónimo?
ET: Hoy, esto es casi imposible. No debería influir la realidad o la fama del escritor en el juicio sobre su obra. Los libros cobran vida propia en cuanto se editan. Las noticias sobre un autor son como el humo o la espuma que envuelve algo. A veces cuando la quitas no queda nada.
P: ¿Afectan al autor los comentarios sobre su trabajo. Sirve de algo el contacto con los lectores?
ET: Todo autor escribe para ser leído. Necesita que su mensaje sea entregado. Atiende mucho a la resonancia que sus palabras tienen. Pero eso no evita que cada cual interprete su obra como quiera. El contacto con los lectores es instructivo, pero debe aceptar y respetar la libertad de opinión de quien lo lee.
P: ¿Los libros se escriben atendiendo a las vivencias, penurias o gozos de sus autores?
ET: Influye mucho la peripecia vital del autor. Un libro siempre es un mensaje del alma de quien lo escribe. Pero, a veces, de una forma sorprendente. Hay quien escribe novelas de amor desde la carencia del que nunca fue amado. O quien hace felices a sus personajes porque su vida es tremendamente desgraciada. Pero, sí, al autor lo empujan sus sentimientos y emociones.
El libro
Título: Herido Leve. (Treinta años de memoria lectora)
Autor: Eloy Tizón
Género: Ensayo. 650 páginas.
Editorial: Páginas de Espuma. Marzo de 2019
Este libro nos ofrece más de un centenar de comentarios sobre otros tantos libros y sus autores. Unos son conocidos contemporáneos nuestros y otros, de figuras literarias que podríamos llamar clásicos. Algunos fueron leídos hace ya algunos años por Eloy Tizón quien rebuscando en su memoria lectora los seleccionó en base a los sentimientos y emociones que entonces le produjeron. Ahora, los ha vuelo a releer para dejarnos testimonio de lo que pensaba entonces y piensa ahora en su reencuentro. “Siempre he amado la Literatura. Dejar constancia de ese amor…” Nos confiesa en su introducción como declaración del propósito de este libro.
Los lectores que se deslizan habitualmente por el tobogán de aventuras y emociones que la Literatura ofrece a quienes la aman, encontrarán en este libro el espejo mágico donde sus recuerdos y opiniones se encuentran perfectamente ordenados, expresados con elocuencia y listos para el debate personal que sobreviene al terminar un libro. Tal es el mérito de nuestro autor. Una capacidad para encontrar el comentario preciso, para descubrir la cuerda sonora de nuestra conciencia que cada libro pulsa, la connotación semántica que trasciende la teoría esquemática de la estructura del lenguaje. Un libro siempre es mucho más que la suma de los contenidos de las palabras que alberga. Un libro es un misterio, un secreto sorprendentemente diferente por cada lector que lo descubre.
De la mano de Eloy Tizón iremos desentrañando las incógnitas que se esconden en los recovecos de las páginas de los libros que nos ayuda a recorrer. Esos que no conseguimos identificar cuando los leímos y quedaron inquietos en nuestro subconsciente esperando, o que ahora al leerlos de su mano nos maravillan por primera vez.
Además este libro, cuidadosamente editado, contiene todas las referencias bibliográficas y editoriales que nos permitirán encontrar o adquirir cada uno de los volúmenes a los que se refiere esta colección de comentarios que con suerte formarán la guía imprescindible de nuestra biblioteca.
No encuentro tarea más apasionante para un lector que reunirlos todos, aunque sólo sea en su memoria.
José Carlos Morenilla