Instagram se ha convertido en uno de los objetivos principales del marketing de las grandes empresas. Desde la propia compañía, han confirmado recientemente que han alcanzado los 1.000 millones de usuarios mensuales. Tal y como muestra el Observatorio 2017 de IAB de Marcas en redes sociales, Instagram es la red social por excelencia a la hora de fidelizar. Este fenómeno ha provocado que muchos y muchas jóvenes hayan convertido a la red social en su principal fuente de ingresos, beneficios que en la mayoría de ocasiones no son declarados. Además, la inmediatez de este nuevo mercado ha generado un vacío legal sobre el que la Agencia Tributaria planteó una serie de medidas hace escasos años.
El e-commerce, un sector en auge
El e-commerce ha evolucionado de forma gigantesca en los últimos años y se ha convertido en la plataforma líder por excelencia para la compra y venta de productos y servicios a través de Internet y redes sociales. La facturación de este sector durante el cuarto trimestre del año 2016 aumentó un 25,4% interanual, llegando a alcanzar la cifra astronómica de 24.185 millones de euros durante el año 2016, un 20,8% más que en el año 2015.
Además, Instagram favorece y agiliza la venta en las tiendas físicas. Son muchos quienes escogen las prendas de vestir que quieren comprar gracias a las fotos que encuentran en la red. Muchas veces acuden con el móvil en la mano enseñando imágenes que aparecen en diversas cuentas de Instagram para demandar los productos que aparecen.
Instagram, una de las apps reinas que habita la red
Instagram nace en 2010 de la mano de dos ingenieros de software americanos: Kevin Systrom y Mike Krieger quienes consiguieron que la idea de dos universitarios recién licenciados se conviertiese en una de las redes de negocio más relevantes a nivel mundial. Con más de 1.000 millones de usuarios activos, Instagram continúa creciendo cada mes y ha logrado convertirse en la tercera red social más utilizada, por detrás de Facebook y YouTube, según confirman los datos arrojados por Statistic Brain y expandedramblings.com relativos al año 2017.
Hacerse una foto con el teléfono móvil y aplicarle uno de los filtros que ofrecen otras aplicaciones, se ha convertido en una de las tareas diarias de los y las Instagramers. ¿Cuál es el perfil de dichos usuarios? En el caso de las chicas, talla 36, pelo largo, mechas californianas y una cara bonita son los ingredientes del éxito de esta nueva profesión.
En el caso de los hombres, peinados de infarto, vestimenta cuidada y barba de tres días para mostrar cualquier tipo de producto. Gran cantidad de marcas nacionales e internacionales persiguen a estas promesas para promocionarse a través de la aplicación.
Instagram es una red social dominada por el público femenino según datos de abril de 2016 recogidos por comScore, una empresa que mide el tráfico de Internet. Según dicha fuente, el 42 por ciento de los usuarios de la red social eran hombres, mientras que el 58 por ciento eran mujeres.
Instagram facilita la creación de pequeñas empresas
La red social propiedad del grande de Facebook, se ha convertido en una nueva forma de negocio, facilitando la creación de pequeñas empresas. El fanatismo siempre ha sido un incentivo de las ventas y los impulsores de este fenómeno han conseguido que sus seguidores lleguen a desear todos los productos que muestran en sus fotos. Estas cotizadas estrellas de la red, logran que la adoración de sus seguidores agote los productos de muchas tiendas online.
Una segmentación de mercado más sofisticada y una mejora en la experiencia de la compra online, a través de un packaging delicadamente preparado, ha conseguido alcanzar cuotas de mercado casi inimaginables para quienes pensaron limitar su negocio a la venta online.
El deseado sueldo de un Instagramer
Dulceida, Laura Escanes, Sergi Pedrero o Marta Lozano son algunos de los influencers, como también se les conoce, con mayor renombre ahora mismo en nuestro país. Se trata de jóvenes que han dado el salto a la fama gracias a las facilidades que ofrece esta aplicación. Instagram se ha convertido en la cuna de quienes muy pronto, desfilarán en las mejores pasarelas de moda. La cantidad media que un Instagramer ingresa por hacerse una foto, aplicarle un filtro y compartirla con sus seguidores, se sitúa alrededor de los 500 euros.
Además, hay que sumar los ingresos que obtienen por entrevistas, donde algunos exigen cerca de 400 euros, o por acudir a determinados eventos previo pago, que pueden llegar a alcanzar en algunos casos, miles de euros.
Un vacío legal que está llegando a su fin
la Agencia Tributaria anunciaba hace pocos años una nueva línea de investigación para encontrar defraudadores entre las nuevas estrellas nacidas en esta red social. Parece ser que se ha terminado el chollo para todos los Instagramers sobre los que las autoridades tomaron medidas. Ahora el Estado podría ser quien ha dado un valioso like mientras se frota las manos. Al parecer, toda esa ropa que vemos agradecer por parte de los instagramers a diario en esta red, debería estar controlada por el fisco. Según diversos asesores fiscales, en el momento en que ambas partes saben qué se va a regalar y la promoción que se va a recibir a cambio, debemos entender dicho encargo como una actividad profesional.
Para este entendimiento, no es necesario un contrato de 200 páginas como esos que nunca te lees en iTunes, con un e-mail en el que se pongan de acuerdo ambas partes sería suficiente.
A partir de ahora, si un influencer empieza a obtener ingresos económicos por actuar en redes sociales, puede verse obligado a encuadrarse en el Régimen General si la retribución económica proviene de una empresa y se concurren los requisitos de ajenidad y dependencia propios de una relación laboral (art. 1 del Estatuto de los Trabajadores), o bien en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) y alta en Hacienda, a efectos de facturación, en el caso de que la actuación se realice como una actividad económica y profesional de manera habitual, directa, personal, por cuenta propia y fuera del ámbito de dirección y organización de otra persona (art. 1 del Estatuto del Trabajo Autónomo). Si los ingresos de estas personas como influencias digitales sobrepasan los 9080,40 € al año, deberán darse de alta tanto en la Agencia Tributaria como en el Régimen de Autónomos de la Seguridad Social y tributar todos los regalos desde el primer hasta el último céntimo.
Muchas de estas jóvenes promesas ingresan, tras subir diversas fotos en su perfil de Instagram, la mitad del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en España. En estos casos, según criterio de la Seguridad Social y la Inspección de Trabajo, dicho criterio de obtención de ingresos inferiores al SMI no sería suficiente como para excluir la habitualidad a la hora de prestar servicios a los efectos de evitar la obligación de darse de alta en el RETA. Este hecho se explica porque, si bien pudieran ser inferiores a tal cantidad, los ingresos pueden ser recurrentes durante el tiempo que se realiza la actividad periódica con independencia de las horas dedicadas a dicha actividad. En conclusión, a pesar de que un instagramer no llegue a la cantidad de 9080,40 € al año, si existe recurrencia en su actividad de obtención de ingresos, deberá cumplir con los requisitos de cualquier profesional a la hora de darse de alta en el RETA.
En base al boom que ha cogido esta red social, actores secundarios se han ido adecuando a ello. Es el caso de las pasarelas de pago. Un claro ejemplo es Inespay, que se dedica a realizar pagos por transferencia bancaria. Esta pasarela permite a los seguidores realizar pagos directamente desde el perfil del influencer con tres simples clicks sin que sea visible la información relativa a las cuentas corrientes de los instagramers. De esta manera el instagramer tiene la oportunidad de conocer cuál es su capacidad de venta real a través de este canal, con el panel de control de Inespay. A pesar de que existen diversas medidas fiscales, es cierto que han surgido estas pasarelas de pago adaptadas a los influencer para poder allanarles el camino.