La Guardia Civil de Alicante, en el marco de la Operación Temporal, ha detenido a un matrimonio, un hombre y una mujer, de nacionalidad rumana, por un delito contra los derechos de los trabajadores.
Los agentes del Equipo Contra el Robo en el Campo (ROCA) de la Guardia Civil de Calpe descubrieron que nueve temporeros que trabajaban en campos de la Comunidad Valenciana, estaban siendo explotados laboralmente por este matrimonio, cobrando menos de lo prometido, trabajando todos los días de la semana y viviendo en una nave industrial propiedad de los autores, en condiciones infrahumanas.
La investigación iniciada por los agentes del Equipo ROCA tuvo lugar cuando un trabajador interpuso una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Pedreguer, tras una disputa con un compañero de trabajo, que acabó finalmente en un delito de lesiones.
Durante las declaraciones del denunciante, los agentes averiguaron las pésimas condiciones laborales a las que estaban sometidos él y sus ocho compañeros de trabajo, de nacionalidad rumana y portuguesa.
Fue entonces cuando los agentes iniciaron una investigación sobre los hechos relatados por el denunciante.
El marido, que ocupaba el puesto de cabo de cuadrilla, formaba junto a su mujer cuadrillas de trabajo para realizar las labores de recolecta. De esta manera, solicitaban a una Empresa de Trabajo Temporal, con la que tenían una relación laboral desde hacía años, personas que trabajaran bajo su mando.
Los nueve hombres contratados acudían diariamente a trabajar a campos de Castellón, Valencia y Alicante a las órdenes del matrimonio, según averiguaron los agentes, en unas condiciones que incumplían todos los requisitos del convenio de recogedores de la Comunidad Valenciana. Los días de alta en la seguridad social de cada trabajador, por ejemplo, no se correspondían con la realidad de los días trabajados, sino que eran acordes a la producción realizada.
Este acuerdo también establece un salario por destajo para cada trabajador y en este caso concreto, ni siquiera se igualaba al establecido legalmente. Según los agentes, la diferencia entre una nómina normal y la de estas personas podía llegar a alcanzar los 1.000 euros.
Los agentes del Equipo ROCA, además, descubrieron que los sospechosos se apropiaban de una parte de la recolecta de fruta de los trabajadores. Durante la jornada de trabajo, los temporeros recogían 22 kilos de cítricos en capazos que posteriormente eran depositados en cajas con capacidad solo para 20 kilos. EL matrimonio se quedaba con los dos kilos recolectados por los trabajadores que no cabían en la caja, apropiándose así ilegalmente de cientos de kilos de esos cítricos recolectados por sus trabajadores.
Otra grave irregularidad detectada por los agentes es que, por convenio, la empresa es la que debe poner los medios para el desplazamiento de los trabajadores a su lugar de trabajo, o en su defecto pagarles una cantidad estipulada por kilómetros recorridos. En este caso eran los temporeros los que llenaban asiduamente el depósito de combustible de la furgoneta en la que se desplazaban a trabajar, siempre bajo la amenaza de ser despedidos si no lo hacían. De esta forma, marido y mujer no solo se ahorraban el combustible para ir a trabajar cada día, sino que además se atribuían el porcentaje de dinero que la empresa les pagaba por el supuesto transporte de cada trabajador.
Por otro lado, aprovechando que muchos de los recolectores no conocían el idioma y mucho menos la legislación laboral española, el matrimonio gestionaba, engañándoles, la documentación con la Empresa de Trabajo Temporal para que las nóminas fueran ingresadas en sus propias cuentas bancarias y no en las de de los trabajadores. Todo ello permitía al matrimonio retirar y usar a su antojo el dinero ingresado por estas empresas.
A las víctimas les pagaban en metálico cantidades irrisorias, que cubrían sus necesidades básicas. De esta manera tenían el control total de los salarios y por lo tanto de los trabajadores, que se veían obligados a cumplir estas condiciones para cobrar a fin de mes.
Respecto a la jornada laboral, también cambiaba notablemente respecto a las condiciones ofertadas en origen, ya que en realidad trabajaban de lunes a domingo y más horas de las establecidas legalmente. Sólo descansaban los días en que las inclemencias meteorológicas no permitiesen la recolección.
Los agentes del equipo ROCA descubrieron que los temporeros se veían obligados, para mantener su puesto de trabajo, a vivir hacinados y en condiciones infrahumanas en una nave agrícola en la localidad valenciana de Sollana, donde también moraba el matrimonio en una instalación asidua. Debido a las pésimas condiciones laborales y al miedo a ser despedidos, los trabajadores vivían en este lugar con evidentes deficiencias en su estructura, inundándose cuando llovía y sin agua corriente. Para asearse y lavar su ropa, utilizaban el agua de las acequias cercanas.
La operación Temporal ha culminado con la detención de un matrimonio, un hombre de 31 años y una mujer de 26, ambos de nacionalidad rumana, por un delito contra los derechos de los trabajadores. Tras ser puestos a disposición judicial, el Juzgado de Instrucción de Sueca ha decretado la libertad provisional con cargos a la espera de juicio.