La doctora Sari Arponen, autora del libro que presentamos hoy, ¡Es la Microbiota, Idiota!, es licenciada en Medicina, especialista en Medicina Interna y Doctora en Ciencias Biomédicas, profesora universitaria y experta en Microbiota. Tiene un máster en Enfermedades Infecciosas y otro en VIH. Además ejerce como médico y es requerida para enfrentarse a enfermedades psicoinmunoinfecciosas pero, sobre todo, es experta en la interacción que la la inmensa población de microorganismos que habitan nuestro cuerpo (microbiota) tiene en nuestra salud.
Sari Arponen, es oriunda de Finlandia, país al que añora y con el que mantiene intensos lazos familiares y culturales, a pesar de lo cual, sabe valorar y apreciar con la misma intensidad la sociedad española y nuestra forma de vivir y, sobre todo, de comer. Se declara enamorada del sol, de la dieta mediterránea y de la vida tranquila de aquellos que aún no han sido engullidos por las grandes ciudades como en todo el mundo.
Entrevistarla fue un privilegio no exento de la responsabilidad de servir de hilo conductor entre alguien muy ocupada en tareas que me parecen vitales y unos lectores ansiosos de conocer más de quien se presenta como la portavoz de millones de microorganismos que nos habitan que son los responsables y constructores de nuestra salud y bienestar.
Entrevista
Pregunta: ¿Son tantos los microorganismos que nos habitan?
Dra. Sari Arponen: Sí, sí. Aunque la gente no lo sabe son billones. Bacterias, arqueas, hongos, protozoos, arqueas, incluso virus aunque no sean seres vivos exactamente. Y tocamos a 1,3 por cada célula de nuestro propio cuerpo. Somos más ellos que nosotros.
P:En la ciencia médica ¿todo el mundo está de acuerdo en su importancia?
SA: A ver, los especialistas que los estudian, los que se dedican a la investigación o trabajan con ellos, les dan la misma importancia que yo o incluso más. Pero para quienes no lo han estudiado es algo que no valoran en su justa medida. Pero si no dan la importancia que tiene a la microbiota es porque no la conocen.
P: ¿Pueden nuestros propios pensamientos estar influidos por lo que pasa en nuestros intestinos?
SA: Sí, hay quien llama a nuestro intestino el segundo cerebro. En realidad contiene varios millones de neuronas y una microbiota que produce sustancias que intervienen el funcionamiento del eje intestino-cerebro pues cada extremo determina el funcionamiento del otro.
P: ¿Qué son los doce pilares de nuestra salud que cita en el libro?
SA: Hay personas que sienten pequeñas molestias o dolores a los que no dan importancia. Piensan que están completamente sanos cuando no es así. Propongo un forma, mediante doce observaciones, para encontrar los problemas, saber lo que está demandando nuestra microbiota y así recuperar nuestra salud o encontrar el bienestar que pretendemos.
P: ¿Se puede mantener con buena salud nuestra microbiota con regímenes de alimentación extremos, como la ingesta de sólo proteínas, o la eliminación de productos de origen animal?
SA: Es un tema complejo. Yo más que recomendar o desaconsejar dietas me centro en proponer aquellos alimentos que no debemos comer. Sobre todo esos productos ultra procesados que presentan una larga lista de ingredientes raros, gran cantidad de azúcares y extraños aditivos. A partir de ahí el resto de las decisiones alimenticias son viables, pero no debemos olvidar que los alimentos naturales como la carne o el pescado no tienen por qué ser malos. Hemos evolucionado desde ahí de forma natural. Debemos respetar la libertad de cada uno. Lo importante es evitar los ultra-procesados.
P: ¿La microbiota nos ayuda a enfrentarnos al Covid19?
SA: Ya en Marzo pasado, nada más conocer las noticias de lo que pasaba en China y que empezaba a afectarnos a todos, publiqué en mi blog la influencia que nuestra microbiota tendría en la enfermedad. Así una microbiota que está luchando, invadida por bacterias nocivas no podría impedir cuadros de inflamación graves porque esos procesos ya están produciéndose en nuestro organismo, por contra una microbiota equilibrada y sana si no impide la enfermedad, minimiza sus consecuencias y sus síntomas. Las personas que se infectan reiteradas veces son quienes no consiguen equilibrar nunca su microbiota, ya sea por el virus o por los tratamientos con los que pretendemos curarnos.
P: Una cuestión que trasciende a su libro: Habitamos un mundo lleno de microorganismos, en el libro y la película La Guerra de los Mundos, resulta que son los microbios los que nos salvan de aquella invasión exterminadora. Por eso, ahora que nos planteamos nosotros habitar otros planetas, ¿podría el ser humano vivir en un mundo sin microorganismos?
SA: Pues es muy difícil de imaginar. Pensemos que son esos seres microscópicos los primeros que habitaron el Mundo. Hay incluso personas más radicales que piensan que seres más complejos y evolucionados como los humanos, sólo están aquí para servir de habitáculo a los microorganismos.
Hasta aquí la entrevista. Resulta fascinante. Me permito recordar al hilo de las respuestas de la Doctora Arponen, lo que me dijo Javier Sierra con motivo de su libro El Mensaje de Pandora: “Los seres humanos somos el vehículo que contagiará al Universo con el virus de la vida”. Ahora lo comprendo: no tiene por qué ser necesariamente humana.
La Obra
¡Es la Microbiota, Idiota!, Sari Arponen, publicada por Alienta , 366 páginas, tapa blanda, 16,95€. En Mayo de 2021, recién publicado, ya alcanzó su 3ª edición.
Es un libro serio pero ameno, escrito con un estilo amable y respetuoso con el lector en abierta contradicción de lo que pudiera parecer por el insulto incluido en el título. Hay matices subliminales que escapan a aquellos cuya lengua materna no fue el castellano. Probablemente el interés por hacer notoria la obra entre la amalgama de libros expuestos en los estantes de las librerías conduce a estos excesos de publicistas traidores a sus contenidos.
La doctora Sari se esfuerza cada día en hacer mejorar o recuperar la salud de los muchos pacientes a los que visita, les da un trato amable, les dedica una atención intensa y trata de escuchar lo que tienen que contarle, ellos y los pequeños aliados que los habitan. De esa atención y de su éxito, y de miles y miles de horas de estudio e investigación, nace este libro.
Así que, si han conseguido pasar de la portada, encontrarán una obra formidable. Se trata de la confesión apasionada de un descubrimiento científico: que somos una amalgama de microorganismos que nos habitan como huéspedes y cuidadores de nuestras propias células que serían incapaces de sobrevivir sin ellos.
Estos billones de microorganismos que han hecho de nuestro cuerpo su habitat insustituible se encargan de mantenerlo en el mejor estado de salud posible: les va la vida en ello. Generan sustancias en la cantidad precisa para que nuestros órganos principales funcionen correctamente, incluido el cerebro. Por eso, la fosa abdominal que es donde mayoritariamente se ubican, se denomina el segundo cerebro.
A su vez, estos micro-habitantes de nuestro cuerpo se alimentan y reaccionan con lo que ingerimos, respiramos o tocamos. Hay una interacción constante con nuestro entorno. Por eso una vida respetuosa con el modo de vivir de nuestros orígenes: naturaleza, aire limpio, comida sin procesados, esfuerzo físico y reposo tranquilo, nos beneficia ya que es lo que les permite una interacción con los otros microorganismos que nos rodean y les permiten reponerse constantemente.
Encontrará el lector apartados como “creciendo con bichos”, “la microbiota de los celíacos” o “La epidermis: un órgano por capas” donde aprenderemos a cuidarnos sin destruir ni afectar a esos pequeños aliados.
En realidad, con su lectura sabemos que la principal defensa contra las infecciones, virus o bacterias nocivas es este ejército de seres invisibles que se han convertido desde el principio de los tiempos en nuestros eficaces ángeles de la guarda.
El libro termina con una serie de consejos muy prácticos y muy específicos como la recomendación de las “intermitencias” o los doce reglas para una buena salud.
Treinta páginas de bibliografía dan una idea del inmenso trabajo y el decidido respeto a la ciencia médica que inspira todo lo que aquí, de forma amena y casi coloquial, se nos cuenta.