Fotos: Félix Perona, Juan Ramón Contelles y Vicente Almenar.- Una vez más la batalla más pacífica, y a la vez más colorista, más solidaria e intensa volvió a teñir de rojo Buñol. El alcance internacional de la Tomatina, que como ya es sabido nació como la expresión espontánea de una serie de vecinos del pueblo para acabar con el aburrimiento y el calor, se superó este año como vine siendo habitual año tras año sin que desfallezca nunca.
Y es así porque se trata de un acto único y sin parangón, congregando a gente joven y no tan joven procedente de multitud de puntos diferentes de todo el planeta. Por ello, y contando con todas las medidas de seguridad habidas y por haber, en la Tomatina cobra protagonismo de una forma especial la imagen, las fotografías, que a duras penas alcanzan a retratar la explosión de adrenalina y diversión que da participar en ella.