De nuevo la tragedia estuvo a punto de cobrarse este viernes la vida de un ejemplar de una especie animal en peligro de extinción.
Un águila calzada –Hieraaetus pennatus- tuvo que ser rescatada por efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos de Castellón que, procedentes del Parque del Alto Palancia, consiguieron sacarla con vida del interior de una balsa en Altura.
Sobre todo en épocas estivales, cuando el calor aprieta, los animales se aventuran a bajar a balsas, depósitos y estanques, para beber agua y así hidratarse. A veces, las características de estas balsas las convierten en auténticas trampas mortales que provocan que los animales, una vez entran, no pueden salir y acaban muriendo exhaustos y ahogados.
Pero en principio, no parece éste el caso. Afortunadamente, fueron alertados los bomberos y pudieron sacar al animal, que se encontraba sumergida en parte y podría haber muerto.
Tras el rescate, los bomberos entregaron el ejemplar a los agentes medioambientales de la Generalitat, que lo trasladaron a un centro de recuperación de rapaces. Por una vez, la historia tuvo final feliz.
Posibles soluciones a una amenaza cierta
Los expertos señalan las balsas de riego y similares como una de las amenazas más acuaciantes para la supervivencia del águila calzada en nuestro territorio. Por ello reivindican con insistencia la instalación de medidas correctoras en las balsas de riego en épocas estivales. En estos meses, debido al menor aporte de agua y a la mayor precipitación, el nivel de agua está muy por debajo del borde las balsas de riego. Cuando los jóvenes van a beber o a bañarse no pueden volver a salir. Esta situación se solucionaría introduciendo un tronco cruzado que fuera desde el interior de la balsa hasta el exterior. De esta forma, los individuos que cayeran podrían agarrarse e ir ascendiendo hasta el exterior.
No obstante, existe también la amenaza de los tendidos eléctricos sin protección o protección insuficiente, que acaba con bastantes ejemplares de ésta y otras aves rapaces año tras año. La modificación de las líneas eléctricas para lograr que todo el territorio cuente con protección para las aves contra la electrocución es una necesidad y objeto de reivindicación por diversas asociaciones ecologistas, pero sigue siendo una asignatura pendiente aún hoy.