Javier Cercas resultó ganador con Terra Alta y Manuel Vilas finalista con Alegría. Recientemente han estado en Valencia y hemos estado con ellos.
Javier Cercas, el ganador, es un escritor de sólida formación literaria pues, doctorado en Filología Hispánica, fue durante muchos años profesor universitario antes de dedicarse por entero a la Literatura. Columnista de reconocido prestigio en el Diario El País, forma parte de ese elenco que pretende, desde hace más de una década, rebasar la cumbre que alcanzó Francisco Umbral en la prensa española. Le falta para ello la creatividad y la irreductible libertad de criterio del genio de la contraportada del Diario El Mundo, que cada día resurgía para regalarnos por sorpresa un deseo diferente.
Cercas, a quien todos reconocen su calidad literaria y su pulcritud de estilo, nos confesó en la presentación en Valencia de los Premios Planeta: “en la Literatura la forma es el fondo”. El autor de Soldados de Salamina (2001), con el que obtuvo el Premi Ciutat de Barcelona y Medalla de Extremadura, de donde es originario, y de Anatomía de un instante (2010), Premio Nacional de narrativa, consigue con Terra Alta el premio mejor dotado económicamente de las letras en Castellano, el Premio Planeta.
Especializado en lo que se conoce como novela testimonio, se ha especializado en el periodo histórico que abarca la postguerra y la guerra civil española. Militante antifranquista se ha posicionado políticamente entre aquellos que aún esperan que se exijan y depuren responsabilidades durante el periodo bélico y de la dictadura franquista.
Admirado por muchos, entre los que encontramos a Mario Vargas Llosa, J. M. Coetzee, Doris Lessing, y George Steiner, ha sido criticado por otros porque sus obras no establecen una frontera nítida entre lo que es ficción y realidad histórica.
Terra Alta, (Planeta 2019, novela, 374 pgs, 21,90€) es una novela de corte policíaco que empieza con un crimen enigmático y acaba con el descubrimiento del asesino y sus motivos, a la que el autor pretende dotar de un contenido humanista e histórico controvertido. Datada en la actualidad y en la zona geográfica de las sierras de Pandols a unos treinta kilómetros al norte de Tortosa, empieza narrando el asesinato de un rico empresario catalán en circunstancias inesperadas y misteriosas.
La narración es impecable, ágil y emotiva. El lector recorre las páginas de la novela asistiendo, más que leyendo, a lo que allí se nos cuenta. Durante el desarrollo de la trama vamos conociendo a los protagonistas, sus historias, su carácter y sus motivaciones para enfrentarse al enigma que la obra plantea. Como en toda obra policíaca el elenco lo forman, las víctimas y su familia, los policías y su entorno profesional y el asesino que nos sorprenderá en el desenlace.
A pesar del esfuerzo del autor en su impecable narrativa, recordemos aquello de que “la forma es el fondo”, es en el fondo donde reside la controversia que rodea a esta obra. No pretendo ser un censor del contenido de las obras literarias pues respeto la libertad absoluta para construir la trama de una novela sea cual sea su historia, pero creo que Cercas construye un relato demasiado inverosímil aún en la ficción literaria. Se lo hice notar en la presentación y me replicó: “lo he investigado con cuidado y todo lo que cuento se ajusta a lo que puedo suceder en la realidad”. Cierto, pero tan improbable que resulta increíble. Si tuviéramos que etiquetar la obra para los motores de búsqueda en la Red, deberíamos resaltar, prostitución, violencia policial, caciquismo y represalia guerra-civilista. Demasiado para que lo salve una narración impecable y perfecta literariamente.
El autor finalista Manuel Vilas, también filólogo de prestigio, tiene numerosas publicaciones y premios como poeta, “aunque no me lamento, vengo de las penurias de la poesía” nos decía en la presentación. Como poeta ha cosechado el Premio Generación del 27 con su obra El Hundimiento 2014, el Premio Antonio Machado con el poema Creo y el Premio Jaime Gil de Biedma por el libro de poemas Resurrección.
En 2018, escribió Ordesa con el que obtuvo un notable éxito de ventas y que ha sido traducida a muchos idiomas. Se trataba de un relato en primera persona de la peripecia vital de un joven que descubría el mundo mientras se iba incorporando a una realidad que difería en mucho de sus ilusiones juveniles.
Ahora con Alegría,( relato, 350 pgs, 21,50€), finalista del Premio Planeta de este año nos cuenta, con el mismo formato de relato personal, los recuerdos y sentimientos de quien en su madurez, va dejando atrás su propia historia mientras hace balance de lo perdido y conseguido.
Nos confesaba “que son dos obras complementarias en las que he tenido buen cuidado de que el lector de cada una de ellas no necesite conocer la otra”. En la primera, nos encontramos el mundo visto desde la perspectiva de los hijos que se incorporan a la sociedad de sus padres, y en la segunda, la visión de los padres que se alejan de la vida de sus hijos y del protagonismo que en el pasado tuvieron. Son obras cargadas de optimismo y emoción y, en gran medida, autobiográficas, “pues mi corazón de poeta no puede esconderse en nada de lo que escribo”.
Es una Literatura fecunda en ideas y reflexiones que hará que el lector se deslice por sus páginas sin la vorágine de una obra trepidante, pero con el mismo interés por su lectura que cualquier apasionante novela de aventuras. Además, con la certeza intuida desde las primeras páginas de que va acabar bien, eso sí, con algún momento de taquicardia emotiva.