Este martes ha arrancado en la Audiencia Provincial de Valencia el juicio con jurado popular contra el hombre acusado de matar a su hijo de 11 años en Sueca en abril de 2022 supuestamente para causar daño a la madre.
Tanto la fiscalía como la acusación popular han coincidido en esta primera sesión en pedir para el acusado la prisión permanente revisable y la acusación particular también reclama para el acusado la prohibición de estar o residir en Cullera, población en la que vive su exmujer, así como comunicarse con ésta, y que la indemnice con medio millón de euros.
Durante la vista, la acusación popular ha mantenido que el acusado, durante su matrimonio, sometía a su exmujer a una situación de control constante, limitando sus relaciones personales, provocando en ella a un profundo aislamiento social. Todo ello con constantes insultos y agresiones, llegando a amenazarla con arma blanca cuando ella le comunicó que quería divorciarse en febrero de 2021.
El mes siguiente a esta amenaza -siempre según la acusación particular-, ella decidió abandonar el domicilio familiar en Sueca e irse con su hijo a la vivienda de sus padres en Cullera. En agosto, él se presentó en esta vivienda de Cullera en estado de embriaguez para exigirle a su exmujer que le entregara al hijo, negándose ella y llamando a la Guardia Civil. Este hecho se repitió varias veces hasta que finalmente, ella denunció estos hechos.
Un juzgado de Sueca impuso al acusado una orden de alejamiento respecto a su mujer, por lo que no podía acercarse a menos de 200 metros de ella, así como tampoco comunicarse con ella durante ocho meses. Pero el acusado incumplió esta pena llamando a su exmujer varias veces e incluso acudió al colegio del hijo.
Definitivamente, el 22 de septiembre de 2021 se produjo el divorcio de la pareja de muto acuerdo, en virtud del cual se estableció la custodia compartida del hijo. En este estado de cosas, el 1 de abril de 2022 el niño cumplía los 11 años y su padre pidió a la madre comer con él el domingo día 3.
Una vez solos en casa del acusado en Sueca, y por motivos que no han sido aclarados, el padre amenazó al menor con dos cuchillos de cocina y éste envió un mensaje a su madre para que fuera a recogerle. Según el relato de la acusación particular, ella llamó al niño inmediatamente, pero el padre ya había empezado a apuñalarlo y sólo pudo escuchar un grito de «mamaaaá».
El niño recibió hasta 20 puñaladas en cuello, mandíbula, clavícula y tórax, que lesionaron vasos sanguíneos vitales y provocaron que muriera desangrado. Una muerte, sostiene la acusación particular, exageradamente cruel.
La madre del niño, debido a tan traumático suceso, arrastra un cuadro ansioso depresivo del que está recibiendo tratamiento.
Esta vista se ha retomado este martes tras ser suspendida el pasado 18 de diciembre para que la deliberación del jurado no coincidiera con las fiestas navideñas.