Santa Fé, además de una película de Western protagonizada por el incombustible Randolph Scott, es una ciudad emblemática del estado de Nuevo México, en la que nuestras ruteras han disfrutado, además de un merecido descanso, de los atractivos turísticos más genuinamente ‘vaqueros’ de su periplo de Costa a Costa.
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Aquí el mestizaje es un hecho y los rótulos cabalgan entre el castellano y el inglés, mientras nos imginamos los inevitables matojos secos rodando por el asfalto junto a una buena porción de arena.
Pero como esto de estarse quieto en un sitio no es muy de esta aventura y menos allí donde el nomadismo es una forma de vida, poco a poco la Ruta les lleva hasta uno de los monumentos naturales más alucinantes de Estados Unidos, junto al Gran Cañón: el Desierto Pintado de Arizona.
Los estratos geológicos provocan, en las áridas tierras que forman el paisaje, una serie interminable de zonas diferentes de color superpuestas unas a otras pareciendo que todo alrededor está pintado como en un cuadro fauvista.
Pura y Carol han tenido la oportunidad de zambulirse en esta auténtica obra de arte de la naturaleza en una caminata de un par de millas -recordemos que los yanquis, lo de los kilómetros como que no- entre rocas, tierra roja y troncos de árbol fosilizados.
Pero el conjunto paisajístico, además de su evidente particularidad cromática, se muestra a los visitantes en toda su plenitud hinóspita. Nos cuentan que un reportaje de Universo Iker, del exitoso Iker Jiménez, contaban cómo «algunas personas que han estado aquí y se habían llevado piedras de recuerdo, las devolvían porque decían que les daban mala suerte». Verdad o no, nosotros lo contamos como la famosa ‘Nave de Misterio’ del director de Cuarto Milenio.
Lo que no se puede negar es que nos hallamos ante un espectáculo de la América más salvaje o, si se prefiere, menos domesticado del país. Otra parada. Suena de nuevo el inconfundible ruido patentado de Harley para seguir oliendo a gasolina y asfalto hasta la próxima. Un anticipo: Aún nos queda el Gran Cañón.
Buen viaje Chivas!