Gema Navarro, Concejal de Políticas de Igualdad de l'Ajuntament de Sueca
Estamos inmers@s en una lucha que lleva más de un siglo llevándose a cabo de manera más visible. Esta no necesita de armamento o violencia de ningún tipo para hacerse notar, necesita de fe, coraje y esperanza para con unas ideologías sociales que pretendan justicia real. Necesita creer en unos valores culturales y sociales paritarios por parte de todos los componentes sociales y de toda la sociedad.
El feminismo no pretende la superioridad del género femenino, pretende con pureza y pacifismo una equidad entre los géneros masculino y femenino. Así debe trabajarse, y deben imperar las actuaciones que se conforman dentro de una sociedad determinada para el funcionamiento y desarrollo de la misma, pretendiendo que un día lo que se tenga que conmemorar sea el final de esta lucha contra la desigualdad.
Desde luego, somos y debemos ser libres para optar por esta vía social, o de creencia o de no hacerlo, pero, ¿acaso la vida y la felicidad del ser humano no pasa por la pretensión de vivir de manera libre y tranquila hasta que solo puedan acabar con ella fuerzas meramente naturales mediante fórmulas que se nos escapan a nuestra propia voluntad?
Han sido tantas y tantas mujeres las que, sin ser soldados ni buscar enfrentamientos voluntariamente, han padecido la crueldad y el terror social de la denigración y de una memoria histórica machista y de patriarcado, que seguro superan con creces el cómputo de víctimas de cualquier guerra.
Este 8 de Marzo, y todos, no son solo para reivindicar los derechos de la mujer, que también y tan necesario sigue
siendo, sino para hacer ese homenaje a todas aquellas mujeres que no pudieron, que no les permitieron tomar decisiones, a las que arrebataron momentos de libertad en sus vidas o incluso la propia vida. Esto nos obliga a todos y todas a continuar llevando a cabo esta lucha hacia una dirección y un camino futuro de esa libertad absoluta que cada persona debe sentir a lo largo de su vida, sea del género que sea, de caminar hacia una sociedad justa e igualitaria.
El feminismo, por tanto, lo tenemos que concebir como un concepto de idea de querer dejar un mundo futuro mejor, más sonriente y más justo sembrando igualdad. Y para ello no duden que nos armaremos, pero no con armas sino con mucho valor y con seguir creyendo firmemente en que es posible.