Cinco años ya. El 10 de octubre de 2015, al atardecer, entregaba su vida el entrañable Fray Conrado, un fraile capuchino valenciano que desarrollaba su labor en la portería del convento de San José, en la céntrica calle Cirilo Amorós de Valencia.
Pero si por algo era conocido por todos los valencianos y valencianas Fray Conrado era por su exposición y venta de belenes, con la que desarrollaba una labor solidaria impagable con el apoyo de la asociación de Amigos de San Antonio de Pádua que él mismo fundó. Gracias al buen fraile y a aquellos belenes, cientos de personas desfavorecidas eran atendidas y podían sobrevivir. La ayuda que aquellas familias recibían de Fray Conrado trascendía más allá de lo meramente material. Allí repartía, además de bienes materiales, su alegría, consejo y consuelo. Un soporte que reconfortara y fortaleciera la salud no sólo física sino, sobre todo, anímica y espiritual.
Un movimiento humanitario nació desde el ejemplo de Fray Conrado. La denominada ‘Hora Santa’ se celebra el primer martes de cada mes congregando a más de 200 familias que, inspiradas por el ejemplo del buen fraile, se entregaban a la necesaria reflexión que aparcaba la vorágine de la rutina y el afán consumista del día a día para hacer aflorar a la superficie sentimientos más solidarios.
Contaba 89 años cuando este buen fraile capuchino fallecía dejando tras de sí un legado espiritual inigualable, un sinfín de obras llevadas a cabo desde la humildad y la pobreza personal, ya que compartía providencia y donativos con los necesitados.
Habían sido más de 20 años construyendo belenes con materiales de desecho y objetos inservibles, con el deseo de llevar a Jesús Niño en el portal de Belén a todo el mundo.
Pero la obra de Fray Conrado no acabó con su muerte. A principios de 2017, con la Navidad a la vuelta de la esquina, los Amigos de San Antonio presentaron una nueva propuesta artístico-solidaria con otros más de mil belenes de diversos tamaños, estilos y acabados, siempre al ‘estilo Fray Conrado’ y siguiendo la tradición de su fundador.
Para muchos, la vida de Fray Conrado fue la de un Santo. Si esta aseveración expresa la bondad y la vocación de servicio y ayuda a los demás de una persona, desde luego el buen fraile lo cumplió y lo cumple -a través de aquellos que se empeñan en continuar con su legado- aún hoy a la perfección. El título, si llega, no modificará en lo más mínimo el fondo y calado de su obra.