Hoy es el aniversario de la riada de 1957 que anegó la ciudad de Valencia. Hace 62 años el río Turia se desbordó provocando un centenar de muertos y muchísimos daños materiales. Por ello, y ante la posibilidad de otra posible riada, el portavoz del Grupo Municipal VOX en el ayuntamiento de Valencia, Pepe Gosálbez, ha presentado hoy una moción para que el consistorio apruebe y ejecute una serie de medidas que den mayor seguridad a la ciudad ante una posible gran inundación. (Adjuntamos copia de la moción).
Pepe Gosálbez explica: “¿Existe alguna posibilidad de que se repita otra gran inundación como la que asoló Valencia en 1957, causando la muerte a un centenar de personas y enormes daños materiales en el conjunto urbano y en las infraestructuras? Esto preocupa a nuestro partido y nos obliga a presentar la presente moción”.
Valencia ha sufrido muchas inundaciones, las más cercanas en el tiempo son las de 1897 y 1957. Tras esta última intervino el Estado promulgando determinadas leyes que acabaron con la ejecución de la obra conocida por todos como Plan Sur, que se proyectó y ejecutó con la finalidad de evitar que una nueva avenida de aguas entrara y arrasara la ciudad. Sin embargo, un posible y grave riesgo de inundación sigue latente, y podría producirse.
La necesidad de disponer de una infraestructura de defensa suficiente ha sido estudiada en diferentes informes y artículos y muy recientemente profesores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) han presentado un estudio en el que se recoge lo que se debería hacer para evitar o minimizar los daños de una posible riada.
El portavoz declara que “Desde VOX pensamos que es necesario invertir para evitar otra catástrofe. El dinero de nuestros impuestos tiene que servir para cosas importantes como ésta. Hay que invertir en prevención”.
Según el estudio de la UPV, Valencia a lo largo de su historia, ha sufrido 24 inundaciones: en 1328, 1340, 1358, 1406, 1427, 1475, 1517, 1540, 1581, 1589, 1590, 1610, 1651, 1672, 1731, 1776, 1783, 1845, 1860, 1864, 1870, 1897,1957 y 1982, algunas catastróficas.
Estas se repiten aproximadamente cada 27 años, la capital del Turia está en la zona de mayor riesgo de toda Europa de sufrir grandes avenidas. Del mismo modo, y desgraciadamente, la Comunidad Valenciana es la que figura a la cabeza por pérdidas originadas por las inundaciones en el período 1987-2001.
Las condiciones ambientales del área en la que se asienta la ciudad explican claramente la amenaza que existe: el río Turia tiene unos 300 km de longitud y en su parte alta y media está regulado por grandes embalses. La parte baja, más próxima a Valencia, está amenazada por importantes riesgos, al acumular las precipitaciones recogidas en el territorio que abarca desde la costa hasta la cadena montañosa que circunda la llanura. Los estudios climatológicos indican que el cauce bajo del río Turia es uno de los más expuestos al fenómeno denominado DANA/ “gota fría. Las nuevas construcciones agravan las potenciales inundaciones por la presión que llevan a cabo en el terreno natural colindante al margen del río Turia, impidiendo el flujo libre de las aguas y formando “presas” que agravan el riesgo de inundación.
A todo ello se suma el que las lluvias torrenciales vienen acompañadas de fuertes temporales marítimos y por tanto el desagüe no es un flujo continuo, ya que éste sólo se produce según los flujos y reflujos del oleaje.
En caso de una gran inundación, la mota ubicada en el origen del desvío del río por el nuevo cauce podría ser rebasada y las aguas avanzarían invadiendo el antiguo cauce, el cual no es ya un cauce libre ya que en él se han construido diversas e importantes instalaciones como son la Ciudad de las Ciencias y de las Artes y numerosos equipamientos deportivos y recreativos que propiciarían el efecto de embalse.
El hipotético escenario, no descartable, podría consistir en el desbordamiento del nuevo cauce con efectos sobre el área urbana y el embalsamiento del antiguo, con tal nivel que alcanzara también a la propia ciudad. Lo cierto es que el nuevo cauce del Turia, obra de la que depende la seguridad de la ciudad de Valencia frente a las grandes avenidas, todavía no ha sido puesta a prueba con una de esas dos grandes avalanchas que se suceden cada siglo. De lo anterior se deduce la ausencia de una seguridad plena.
Por otra parte, la entidad estatal AQUAMED realizó un estudio, que tiene la Confederación Hidrográfica del Júcar, y en el que se proponen las siguientes medidas:
1.- Excavación de un cauce secundario en el actual cauce con un coste de 17 millones de euros.
2.- Colocación de prefabricados recreciendo los cajeros actuales con un coste de 10 millones de euros. Con ello la capacidad de desagüe aumentaría en un 50%.
Con estas medidas propuestas por la administración pública y no ejecutadas, la capacidad de desagüe aumentaría en la proporción suficiente para evacuar los caudales de máxima crecida que se contienen en el Informe del Servicio Meteorológico Nacional de 1958.