El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 22 años y medio de prisión impuesta a Alberto L. por asesinar a su novia la madrugada del 3 de diciembre de 2021 en una vivienda del centro de Valencia, con los agravantes de ensañamiento y de género, pues considera relevante su «afán de controlarla».
Según los hechos declarados probados por el jurado popular y plasmados en el fallo de la Audiencia Provincial, durante la madrugada del 3 de diciembre de ese año, «el hombre, que pensaba que su novia le dejaría por no ser demasiado bueno para ella, decidió que la chica debía morir si no quería estar con él«.
De este modo, la atacó cuando dormía y la golpeó fuertemente con una piedra en la cabeza y en la cara. La víctima quedó aturdida como consecuencia de los golpes, lo que aprovechó el penado para apuñalarla después en múltiples ocasiones con dos cuchillos y unas tijeras.
A continuación, la asfixió con el cinturón de un batín que le colocó alrededor del cuello para asegurar su muerte. La mujer falleció desangrada por las heridas de arma blanca y asfixiada por la comprensión del cinturón.
La defensa del acusado reclamaba que se apreciase un «estado de trastorno mental transitorio o, alternativamente, la circunstancia de obcecación».
Sin embargo, el alto tribunal ha desestimado íntegramente esta petición y ha fijado una indemnización total de 100.000 euros para dos familiares de la víctima.
Por último, en relación con el agravante de género, la sala ha considerado suficientemente acreditado el «constante afán de control».
Este asesinato consternó en 2021 a todo el mundo fallero, al ser la víctima fallera de Maestro Gozalbo-Conde Altea. El entonces presidente de la Junta Central Fallera, expresó su más enérgica condena al crimen a la vez que mostró todo su apoyo a la familia y amigos de Cristina. Un día después, el Ayuntamiento convocó un minuto de silencio para mostrar públicamente el rechazo de la sociedad valenciana a la violencia de género y en particular a este lamentable crimen.
