Miembros de la comunidad educativa del CEIP Cervantes de la localidad valenciana de Sueca han llevado a cabo una protesta a las puertas del centro –con concentración y cacerolada– para denunciar la situación «insostenible» en la que se encuentran las instalaciones.
Según informan fuentes municipales, las consecuencias de las lluvias torrenciales del pasado lunes en el colegio han sido «determinantes para que la comunidad educativa del centro, con el apoyo del Ayuntamiento de Sueca, haya tomado la decisión de emprender acciones de presión ante lo que consideran un riesgo constante e inasumible«.
La Asociación de Familias del CEIP Cervantes advierten que no pueden esperar a que «ocurra una tragedia para que se actúe definitivamente».
Esta mañana, representantes de la comunidad educativa, acompañada por el alcalde de Sueca, Julián Sáez, la concejal de Educación, Roser Viñoles, y otros miembros del gobierno municipal, se ha concentrado para protestar con una cacerolada ante «la incertidumbre de la situación real de un edificio con casi cien años de historia, que sufre desde hace mucho de tiempo un grave estado de deterioro y que, a pesar de las reiteradas peticiones de renovación y mejora, la situación ha empeorado hasta convertirse en un peligro real«.
Tras la protesta, la gran mayoría de familias han optado por llevarse a los niños y niñas y que no acudan al colegio hoy, una medida que se plantean repetir hasta obtener una respuesta a sus reclamaciones.
El alcalde de Sueca, Julián Sáez, ha señalado que el equipo de gobierno ha querido acompañar a las familias y alumnado en esta protesta porque «comprende y comparte la preocupación de los padres y madres».
El primer edil ha expresado: «El estado del edificio, con casi un siglo de vida, nos da miedo y pedimos a la Conselleria de Educación que decrete la emergencia que permitiría actuar de inmediato y plantear una actuación integral sobre el techo».
Así mismo, Sáez ha asegurado que el Ayuntamiento se hace cargo del mantenimiento del edificio pero, ha lamentado, se ha llegado a «una situación de deterioro en la que esto no es suficiente».
Traslado a la ludoteca
El alcalde ha informado sobre la decisión que ha adoptado el equipo de gobierno de trasladar al alumnado que ocupaba la planta superior al edificio de la ludoteca, «pero esto solo puede ser una provisional».
Sáez ha expuesto: «Las familias tampoco se fían de tener a sus hijos e hijas en la planta baja y nosotros, que también somos padres y madres, lo entendemos».
Finalmente, el alcalde ha mostrado su confianza en que la Conselleria atienda estas demandas y pueda ofrecer, a la mayor brevedad, «una solución rápida y satisfactoria para la comunidad educativa del CEIP Cervantes».
Por su parte, la concejala de Educación, Roser Viñoles, ha indicado que ayer, antes de la reunión que se ofreció a la comunidad educativa para explicar la situación del centro, «se trabajó codo a codo, desde el centro y el ayuntamiento, para proceder al traslado de todo el material y mobiliario necesario al aulario de la ludoteca en un tiempo récord«.
La edil ha comentado: «Esto ha sido posible gracias a la colaboración de todos los departamentos del Ayuntamiento, especialmente de Servicios Municipales, que se han volcado completamente, y a quienes estoy muy agradecida».
Viñoles ha señalado también que son conscientes de que no es una solución definitiva. La edil ha agregado: «Y no vamos a permitir que lo sea. No vamos a dejar de batallar y de reclamar una actuación integral en el centro y que nos pongan aulas prefabricadas para todo el alumnado, el de la planta superior y el de la inferior, por la seguridad de los niños y niñas, de las familias, de la comunidad educativa, de los trabajadores del centro y del equipo de gobierno».
Por su parte, la concejal de Servicios Municipales, Pilar Moncho, ha incidido también en que el traslado a la ludoteca no es una solución definitiva, pero ha remarcado «la importancia de poder disponer de un edificio de estas características, que ha sido de utilidad para muchos colectivos y asociaciones de la ciudad y que, ahora, ha permitido a los niños y niñas retomar sus clases». «Aún así, –ha continuado– reclamamos unas aulas prefabricadas y un comedor en condiciones que proporcionen la seguridad que el alumnado necesita«.
Representantes del AMPA han mostrado su «hartazgo ante una situación insostenible: no estamos tranquilos dejando a nuestros hijos en el centro«. Desde el AMPA han lamentado: «Llevamos mucho tiempo diciéndolo. Hace unos meses ya cayó un trozo del falso techo, y hoy me llevaré a mi hija a casa porque no queremos que se quede en estas condiciones».