UGT, sindicato mayoritario en Ford, ha advertido este jueves del impacto que el final de producción de los modelos S-Max y Galaxy, tal y como anunció la compañía este miércoles, puede tener en la factoría de Almussafes.
Un día después del anuncio de la dirección europea de la multinacional, que también dejará de fabricar el Fiesta en junio del año próximo, el sindicato no quiere pasar por alto que, más allá del supuesto objetivo de acelerar la estrategia de Ford hacia la electrificación total, «habrá que revisar los volúmenes de producción en esas fechas, y cuantificar qué impacto pudieran tener en el empleo, teniendo en cuenta también los volúmenes de la Transit y de la fabricación de Motores, para a partir de ahí buscar las mejores soluciones posibles».
La propia compañía ha reconocido varias veces que la electrificación de la producción de Almussafes implicará un redimensionamiento de la plantilla, ya que los vehículos eléctricos requieren menos mano de obra -se estima que cerca de un 30% menos, para ser más exactos-. De hecho, en la visita de la ministra Reyes Maroto la semana pasada a la factoría, el director de fabricación Dionisio Campos, avanzó que en 2023 empresa y sindicatos se sentarán a estudiar las posibles «alternativas» para evitar un proceso traumático. Las señales, pues, parecen claras.
De ahí que el anuncio de Ford de este miércoles viniera acompañado de otro sobre la fabricación de tres vehículos eléctricos de pasajeros y otros cuatro comerciales para 2024, marcándose el objetivo de vender más de 600.000 vehículos eléctricos en 2026 y alcanzar una producción de 1,2 millones de unidades en un plazo de seis años.
En Ford Almussafes se fabrica actualmente cuatro modelos: Kuga, Transit Connect, S-Max y Galaxy, ordenador de mayor a menor volumen de producción. Eliminados de la ecuación Transit -del que ya se anunció el final de producción hace un tiempo-, S-Max y Galaxy, la factoría de Almussafes se quedaría con la producción del Kuga hasta la entrada de los nuevos modelos eléctricos. Cuanto menos, se introduce cierta dosis de incertidumbre.
Estos movimientos se produces la misma semana en la que empresa y sindicato han acordado prorrogar el ERTE en vigor hasta el 31 de diciembre.








