Nueve socorristas de las playas de Benicàssim dimitieron el pasado 16 de agosto por "la falta de material en condiciones" que dificulta la realización de "tareas de rescate" y, por ello, su inmediatez.
Lo que al principio iba a ser una huelga para reivindicar las malas condiciones laborales y la falta de material o el mal estado de este, ha terminado en la dimisión de nueve de los 22 socorristas que trabajaban en las playas de Benicàssim.
Debido a la falta de respuesta, los socorristas iniciaron una recogida de firmas en la plataforma Change.org con el objetivo de demandar tanto a la empresa gestora como al ayuntamiento competente el material de equipos de protección individual (EPI), materiales relativos a la seguridad, de instalaciones, y de uso domestico.
Algunos de las herramientas que han reclamado en la plataforma han sido: walkies-talkies (al menos uno por socorrista), latas de rescate (la mayoría están rotas), dos embarcaciones, ya que hasta finales de julio solo tenían una, y la reparación de las torres de vigilancia que, según han indicado, "se tambalean, son inestables, incómodas y dificultan la instalación de una sombrilla".
Además, han demandado sombrillas, bañadores (disponen de un pantalón deportivo en su lugar), chubasqueros/sudaderas (para los días fríos), aletas, extintores (ninguna posta sanitaria está equipada con ellos), crema solar, gafas de sol, un segundo uniforme, megafonía, microondas y nevera, y baños en las postas.