De nuevo la tragedia se ceba con un ave rapaz en la comarca de Requena-Utiel, concretamente en término municipal de Utiel, donde una chica encontró en un campo agrícola, junto a un camino a apenas un kilómetro del núcleo urbano, un ejemplar de águila perdicera herida, según han informado fuentes de los agentes medioambientales de Generalitat en la zona.
El ejemplar herido era un macho, de las pocas parejas que quedan en la Comunitat ValencianaA escasos 300 metros del lugar del hallazgo había una línea eléctrica y, de hecho, el examen veterinario posterior ha confirmado que las heridas que presentaba el ejemplar se debían a una electrocución sufrida en un tendido eléctrico. Lamentablemente, debido a las graves lesiones se ha constatado que no había ninguna posibilidad de recuperación y se ha visto avocado sin remedio al sacrificio. No es un caso fuera de lo habitual. Según las fuentes consultadas, sólo un 1% de las aves se recuperan tras un trance de estas características.
Se pone de manifiesto una vez más una realidad que de forma tozuda sigue azotando la avifauna en general y la población de rapaces en particular debido a que a día de hoy siguen sin aplicarse o sin hacerse cumplir las normativas existentes sobre la necesaria protección de los tendidos y torres eléctricas de la Comunitat Valenciana.
Los datos sobre mortalidad de estas aves electrocutadas en tendidos eléctricos son incontestables: En los últimos 12 meses, según han confirmado los agentes medioambientales de la Generalitat, han muerto por esta causa sólo en la comarca de Requena-Utiel, dos águilas perdiceras, tres águilas reales y decenas de otras rapaces como búhos reales, azores, ratoneros, buitres leonados, gavilanes, cernícalos, águilas calzadas, etc. Todas ellas halladas muertas por electrocución, que se revela como la primera causa de mortalidad no natural en rapaces.
El caso concreto del águila perdicera es especialmente sangrante, y nunca mejor dicho. Esta especie está clasificada como 'Vulnerable' en el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna Amenazadas (Decreto 32/2004, Orden 6/2013), y no como 'En Peligro de Extinción', que sería lo normal y como está calificada en otras autonomías del territorio español.
Es más, el hecho de que en las comunidades autónomas limítrofes con la valenciana esta especie sí esté calificada como "En Peligro de Extinción", puede estar provocando que nuestro territorio funcione como auténtico matadero en el que van a morir las perdiceras que nacen en esas otras autonomías en las que están protegidas. De ahí que muchas entidades conservacionistas pidan insistentemente que se eleve la calificación mientras desde Conselleria se insista en que no hay argumentos para modificar la categoría. Pero de seguirse a este ritmo de muertes, no solo habrá argumentos sino que, para cuando se quiera reaccionar, sencillamente ya no haga falta porque ya se haya extinguido.
En marzo de este mismo año, SEO/Birdlife ya ponía de manifiesto esta incongruencia precisamente tras la muerte, el pasado 24 de febrero, de otro ejemplar de águila perdicera. La ONG pedía la elaboración del Plan de Conservación del águila perdicera en la Comunitat Valenciana, obligatorio de acuerdo a su actual estado de catalogación como especie “Vulnerable” en el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna Amenazadas, y una evaluación de su viabilidad poblacional que determinara si la especie cumple los criterios para ser catalogada como “En Peligro de Extinción” y si fuese así, iniciar los trámites legales para su recatalogación, y elaborar un Plan de Recuperación basado en el de Conservación.
La Societat Valenciana d'Ornitologia ya había solicitado a la Generalitat, a finales del mismo mes de febrero, que los tendidos eléctricos fueran seguros para las aves en todo el territorio de la Comunitat Valenciana, sin excepciones, como ya habían hecho otras comunidades autónomas, poniendo énfasis en la auténtica sangría que estaba suponiendo para al avifauna la inacción en este sentido.
Pero ocho meses después, la situación no ha cambiado lo más mínimo, aunque nos dicen que en Conselleria se está revisando el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna Amenazadas para cambiar la calificación del águila perdicera a 'En Peligro de Extinción', y ha tenido que ocurrir otra desgracia como la de febrero para que vuelva a saltar al primer plano esta cruel y, hoy por hoy, irresoluta realidad que sigue diezmando la población de aves rapaces de la Comunitat Valenciana, un tesoro que va camino de perderse de forma irremediable.