El pleno del Ayuntamiento de Riba-roja de Túria ha dado luz verde a una propuesta para ofrecer a la Generalitat Valenciana un total de 3,6 millones de metros cuadrados de terreno con el objetivo de crear un polígono industrial destinado a la reubicación de las empresas e industrias que sufrieron daños por la DANA del pasado octubre. La nueva ubicación se plantea como una zona más segura y sin riesgo de inundaciones.
La iniciativa contempla dos áreas diferenciadas dentro del término municipal, ambas incluidas en el Plan Especial Urbanístico de Reconstrucción (PEUR) de Riba-roja de Túria. Este plan busca ofrecer una alternativa para reubicar a las más de 1.200 empresas afectadas, cuyas pérdidas se estimaron en 12 millones de euros, incluyendo infraestructuras críticas para el ciclo del agua, la movilidad y la logística.
El documento urbanístico apuesta por trasladar ciertas actividades económicas a suelos más seguros para minimizar riesgos futuros y promover un desarrollo sostenible en Riba-roja. El consistorio considera que la concentración de polígonos industriales en áreas de riesgo supone una amenaza tanto para las instalaciones y bienes materiales como para la seguridad de los trabajadores y la continuidad de las cadenas logísticas.
Los nuevos emplazamientos propuestos en el PEUR ofrecen una mayor seguridad operativa al ubicarse en suelos no inundables, buscan modernizar los polígonos industriales con espacios mejor planificados y equipados con infraestructuras resilientes y sostenibles, y cumplen con las normativas urbanísticas y ambientales al proteger el territorio frente a riesgos naturales.
La primera zona propuesta, denominada Peyland, Veïna y Barranc de la Pedrera, cuenta con una extensión de 976.834 metros cuadrados y se sitúa estratégicamente junto a la CV-370 y el carrer Séquia de Llorca, abarcando el sector conocido como el Carot. Esta opción facilita la logística industrial y la movilidad laboral.
La segunda área, en la zona conocida como el Pla de Nadal, abarca 2.675.173 metros cuadrados, junto a la AP-7 y la urbanización de la Llobatera. Se propone la creación de una zona verde de 397.603 metros cuadrados como área de amortiguación y revalorización del patrimonio cultural. Este ámbito cumple con las regulaciones del Patricova y el Patfor.
La selección de los terrenos se basó en un análisis técnico que consideró la seguridad frente a riesgos climáticos, la viabilidad a largo plazo, la compatibilidad urbanística, la accesibilidad a infraestructuras y la viabilidad técnica y económica con un diseño que minimiza el impacto ambiental.
El alcalde de Riba-roja de Túria, Robert Raga, destacó el «excelente labor» del ayuntamiento al plantear estas dos alternativas para reubicar una parte importante de las empresas afectadas por la DANA en un lugar más cómodo y seguro.