Se cumple hoy el último día de la Semana Santa Marinera, el gran Desfile de Resurrección, acto colectivo en el que todas las cofradías y hermandades participan de la gran manifestación de alegría por la resurrección de Jesús. La expresión popular de júbilo más multitudinaria y única en España. Una fiesta en la que los cofrades cambian la combinación de colores de sus hábitos y capas en tonos brillantes y luminosos.
Los báculos de los cofrades van coronados con pequeños ramos de flores y los personajes bíblicos abandonan su silencio y recogimiento de días anteriores y sonríen a la Resurrección regalando flores a diestro y siniestro. La música también se transforma dejando atrás el ritmo cadencioso, trágico y fúnebre de la Pasión para dar paso a la alegría del momento.
El toque reivindicativo ha venido de mano precisamente de las bandas de música. Al paso junto a la tribuna, en la que entre otras personalidades se encuentra el concejal de Fiestas, el controvertido Pere Fuset, las formaciones musicales han cambiado la melodía por el pasodoble 'Valencia'. El significado de este hecho hay que buscarlo en las pasadas Fallas, durante las cuales el concejal sugirió a las bandas que intentaran no interpretar este pasodoble en la Ofrenda, concretamente al entrar en la plaza de la Virgen.
El detalle: En este desfile no participa ninguna de las imágenes y doseles de la Semana Santa Marinera. El itinerario lleva a la comitiva por la Avenida Mediterráneo, Escalante, Pintor Ferrandis, Plaza de los Ángeles, Pedro Maza, Remonta, Reina, Plaza Armada Española, Dr. J. J. Dómine, Avda. del Puerto, Cristo del Grao, Ernesto Anastasio, Francisco Cubells, Rosario y final en la Plaza del Rosario.
Aún quedará un acto no oficial, pero en el terreno de las tradiciones ancestrales, muy arraigado en el Marítimo. Se trata de El Caracol, un acto en el que la Hermandad del Santo Sepulcro forman, en la plaza de la Cruz del Canyamelar, sobre un eje central, una especie de caracol que van haciendo y deshaciendo sobre la marcha. A los cofrades de esta hermandad se suman los de otras cofradías, invitados a participar en lo que se ha convertido en una celebración popular sin igual.