Meses después del requerimiento de la Delegación de Gobierno para que las señales se rotulen también en castellano, el Ayuntamiento sigue sin cambiarlas en numerosas calles de la ciudad, dejando abierta los conductores infractores la posibilidad de recurrir las sanciones alegando incomprensión del idioma en que está rotulada la señal.
El concejal del Grupo Popular, Alberto Mendoza, ha considerado de “totalitaria y absolutista”, la decisión del Alcalde Ribó de no acatar la ley respecto a la obligación de rotular las señales de tráfico en los idiomas oficiales de la Comunitat Valenciana.
“Las señales de tráfico sólo en valenciano pueden dar la posibilidad a los conductores que cometan una infracción a recurrir la multa aduciendo que no entendían la lengua en que está escrita la normativa, tal y como está sucediendo en otras comunidades autónomas,” ha advertido.
El edil ha indicado que, “la normativa sobre tráfico y seguridad vial es clara y obliga a que las señales e indicaciones estén en castellano y permite que también lo estén en castellano y valenciano. El Ayuntamiento sigue saltándose la norma sin importarle en absoluto su cumplimiento”.
Mendoza ha recordado que “la Delegación de Gobierno tuvo que enviar un requerimiento al Ayuntamiento de Valencia el pasado mes de junio, para que las señales de tráfico se pusieran también en castellano, dándoles el plazo de un mes para corregir está mala actuación”.
“Lo que ha hecho el alcalde es poner señales en los dos idiomas tan sólo en las proximidades del Mercado Central y de las Torres de Serrano, pero ha dejado las de numerosos barrios sólo en valenciano, y así sigue haciéndolo, ha manifestado.
Ha puesto como ejemplo el barrio de Ruzafa en el que en la práctica totalidad de las calles se siguen colocando las señales sólo en valenciano, “Reina Dª Germana, Joaquín Costa o Ciscar son tan sólo un algunas de las numerosas calles de este barrio dónde se siguen colocando señales que contravienen las normas”.
Alberto Mendoza ha lamentado la forma de gobernar del alcalde Ribó y de su concejal de Movilidad, que según ha resaltado, “siguen generando en los valencianos una sensación de caos absoluto aplicando medidas sin consensuar, ni avaladas por los técnicos, haciendo de la gestión de la ciudad un uso partidista y de interés particular.