Pasan los días, los meses, pasan los años y en ese transcurrir para ADIF – RENFE, el Gobierno Central y Generalitat Valenciana, continuamos siendo considerados ciudadanos de tercera.
Nuestros políticos discuten en ponencias de estudio, hablan de adopción de medidas en relación con la despoblación rural, unos de forma global para España y otros, los de aquí, y de forma más localista para la Comunidad Valenciana.
Que el tema suscite discusión no es algo que sea novedoso, pero que no se le encuentre solución tampoco lo es. La verdadera razón está en que este problema necesitaría de una fuerte inversión económica y también de mucha voluntad política. Ni de lo uno, ni de lo otro se vislumbra, sea a corto o medio plazo y posiblemente tampoco a largo.
Cuando se desea argumentar los estragos que produce la despoblación, no conviene abusar de datos estadísticos demográficos o pirámides poblacionales en el tiempo porque, seguramente, no nos aportarían nada novedoso y al final todo sería una mera y sufrida estadística para el intelecto.
Simplemente me gustaría citar el DOCUMENTO BASE PARA LA ELABORACIÓN DEL PROGRAMA OPERATIVO DE LA COMUNIDAD VALENCIANA 2014-2020. Un documento que habla de vertebración, que reconoce la complementariedad del mundo rural y el urbano. De la necesidad de trabajar para la cooperación e integración entre ambos.
En definitiva, todo una pura palabrería. Estamos a puertas de 2018 y poco o nada se ha llevado a cabo de lo que en ello se expone.
De ese desarrollo sostenible e integrador del que tanto se habla y tan poco se aplica, el ferrocarril, junto con otros, es uno de los actores intervinientes. Pero nuestro ferrocarril, el de la Línea C3, el mismo que debería ayudar a vertebrar numerosos pueblos de comarcas diferenciadas que quedan comprendidas entre la localidad de Camporrobles y la misma Ciudad de Valencia, continúa siendo igual de obsoleto que hace varias decenas de años. Seguimos hablando del automotor diesel S-592 y 592.2, de fabricación comprendida entre 1981 y 1984. De la falta de electrificación de línea y por supuesto de su desdoble, parcial o total.
Quizás lo más sangrante, además de los obsoletos e inadecuados convoyes existentes y de la propia infraestructura de la línea, sea ver reflejado los tiempos de trayectos comparativos entre diferentes pueblos y diferentes líneas de cercanías de la provincia de Valencia dentro de unas distancias semejantes o incluso algo mayores.
ESTACIÓN | LÍNEA | DISTANCIA KM A VALENCIA | TIEMPO EMPLEADO | CIVIS |
CHESTE | C3 | 28 | 0,54 / 0,56 m. | ND |
ALGEMESÍ | C2 | 35 | 30 m. | 25 m. |
CULLERA | C1 | 42 | 39 m. | 32 m. |
REQUENA | C3 | 77 | 90 / 110 m. | ND |
GANDÍA | C1
| 72 | 0,57 m. | 0,53 m. |
CASTELLÓN | C6 | 75 | 80 m. | 72 m. |
Resulta fácil observar que entre distancias equivalentes existen diferencias que entran en unos arcos comprendidos entre 20 y 40 minutos por trayecto. Teniendo, además, en cuenta que en la línea 3 no existen los denominados CIVIS ( trenes semidirectos entre poblaciones con más alta densidad poblacional). Un acelerado cálculo nos indica que cualquier estudiante o trabajador que haga uso de esta línea de tren se deja aproximadamente cerca de dos horas y media semanales gratuitamente en el tren por encima del tiempo de duración de otras líneas de cercanías.
No vale hablar de gobiernos populares o socialistas. Han estado alternándose los unos y también los otros. Han abanderado reivindicaciones. Todos han viajado a Madrid, se han criticado actuaciones entre ellos y también todos se han hecho la foto correspondiente sacando pecho, pero en definitiva con los unos y con los otros seguimos siendo ciudadanos de tercera.
Emilio Pérez