En el marco de las actuaciones de la Unidad de Análisis de Riesgos de la Aduana Marítima de Valencia, compuesta por miembros de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y del Resguardo Fiscal de la Guardia Civil, se ha producido la aprehensión de 175 kilos de cocaína que estaban ocultos en el interior de un contenedor en el Puerto de Valencia.
Este equipamiento había llegado al puerto en la madrugada del pasado lunes día 17 de mayo procedente de Centroamérica. La sustancia estupefaciente había sido cargada en origen en varias mochilas con el objetivo de que éstas fueran rescatadas a su llegada al Puerto de Valencia en un modus operandi que se conoce como gancho perdido o ‘rip-off’.
Este es el octavo incidente de esta naturaleza que se registra en el Puerto de Valencia donde, en lo que va de año, se han incautado un total de 1.988 kilos de sustancia estupefaciente.
Por los hechos acaecidos no se ha producido por el momento ninguna detención, aunque las investigaciones siguen su curso y no se descarta que puedan producirse en un futuro inmediato.
Esta operación se ha desarrollado en el marco de las actuaciones sobre riesgos y seguridad en el tráfico internacional de mercancías que habitualmente desarrolla la Unidad de Análisis de Riesgos de la Aduana Marítima de Valencia.
El Puerto de Valencia ocupa una posición estratégica en las rutas comerciales marítimas que llegan desde Sur y Centroamérica. Además, su nivel de operaciones lo sitúa como primer puerto nacional en número de contenedores de importación y cuarto de la Unión Europea, por lo que desde hace años se enfrenta a este tipo de tráfico ilícito, siendo una puerta natural de entrada de este tipo de sustancias a los países europeos.
Este tipo de remesas de drogas estupefacientes que llegan a los puertos europeos bajo la modalidad denominada ‘rip-off’ o gancho perdido, se caracterizan porque el contenedor afectado forma parte del tráfico comercial internacional, cuyo importador es ajeno a la operación ilícita, incluso el expedidor en origen la mayor parte de las veces. Después, la organización criminal, ya en el puerto de destino, organiza el rescate de esa sustancia aprovechando la operativa habitual de las terminales y del transporte.