El conjunto de grabados de navíos realizados mediante incisión en el conjunto amurallado de Peñíscola, deberá esperar. Tras una primera respuesta del Gobierno, en la que señalaba que todo el conjunto tiene protección y el Ministerio de Cultura y Deporte trabaja desde hace años en mejorar su conservación, protección y puesta en valor, el portavoz de Compromís en el Senado, Carles Mulet, visto que a simple vista no se había visto ningún tipo de acción, preguntó en qué han consistido los trabajos de conservación, protección y puesta en valor, así como las anualidades en los que se han materializado y con qué presupuesto.
Ahora el Gobierno matiza hasta cinco problemas que complican una posible actuación. La primera de ellas el hecho que según deslinde vigente (aprobado por Orden Ministerial de 29 de marzo de 1976), el casco antiguo, bien declarado de interés cultural, se ubica fuera de dominio público marítimo-terrestre. En segundo lugar, que forman parte de la estructura urbana, que es preciso un proceso de recuperación de titularidad de algunos de los tramos, motivo por el que al parecer se realizarán levantamientos gráficos de los terrenos afectados por estructuras defensivas vistas u ocultas; deberá ser el Registro de la Propiedad de Peñíscola quien determine la titularidad a partir de la documentación que aporten las partes implicadas (Estado, Ayuntamiento y particulares) sin que se pueda anticipar una fecha de la solución en el caso que ocupa a este castillo cedido en uso por el Estado a la Diputación de Castelló.
La coalición ha defendido que los grabados forman parte de la historia de la construcción, desde la que se vigilaban los barcos en la costa del siglo XVII y XVIII y de su función defensiva, “por lo que deberían tener un tratamiento específico y una especial consideración con este patrimonio en riesgo, ya que se encuentra a merced de vandalismo o malas prácticas por encontrarse, según el propio Ministerio, pendiente de concesión definitiva de la titularidad”.
El Gobierno apela a futuras investigaciones patrimoniales de cada uno de los tramos, a las administraciones que los utilizan y gestionan y señala a los responsables de la tutela del patrimonio castellonense “quien decida si tiene que informar o recordar a otros entes públicos o privados sus obligaciones respecto a la conservación del patrimonio cultural que poseen o gestionan”.
Por último, señala que “tanto los propietarios o poseedores de cada tramo como cualquiera de las cuatro Administraciones Públicas con competencias en la conservación y tutela del Castillo y las murallas (Ayuntamiento, Diputación de Castellón, Generalitat Valenciana y Estado español) pueden intervenir en ellas, previa autorización del órgano competente, que, en la duda, sería la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deporte o la Dirección General de Cultura i Patrimoni de la Generalitat Valenciana”.
Estos grafitos históricos fueron descubiertos por el arquitecto Arturo Zaragozá Catalán en el año 1993 y en ellos aparecen representadas 75 figuras de embarcaciones grabadas con un instrumento punzante en la cara exterior de la muralla de Santa Bárbara a la altura de la calle Faraones y pegados al Museo del Mar. Casi 30 años después de su hallazgo, siguen deteriorándose, sometidos a la humedad e inclemencias meteorológicas.