José Carlos Morenilla. Reseña y entrevista al autor del libro 'La Energía Nuclear salvará el mundo', Alfredo García.
El Autor
Alfredo García es un operador nuclear. Uno de esos profesionales que hacen posible que las centrales nucleares produzcan energía eléctrica de forma segura precisamente cuando la necesitamos.
No sorprende, dada su dedicación, el entusiasmo por defender esa forma de producir energía, pero sí es admirable su capacidad para expresar con claridad y eficiencia sus ideas. Leerlo y escucharlo, pues se prodiga en redes, es instructivo y sorprendente. Y lo es, sorprendente, porque su mensaje es radicalmente diferente a lo que venimos escuchando de tan denostada actividad; e instructivo, porque aporta información precisa y detallada de todos los recovecos y procedimientos que hacen posible la energía nuclear.
Licenciado en Comunicación Audiovisual, formación de la que hace gala en este libro, tiene además las licencias necesarias para ser operador y supervisor de centrales nucleares. Habitualmente trabaja en Ascó, Tarragona.
Pueden encontrarlo también en @OperadorNuclear, donde hace el esfuerzo de atender a casi todos quienes lo solicitan.
La entrevista
Pregunta: Usted está presente en redes ¿Ha debatido estos temas muchas veces?
Alfredo García: Sí. Muchas veces. Lo he hecho con físicos profesionales y con ecologistas; con profesores, directores de empresas relacionadas o simples ciudadanos interesados. Personas muy diferentes que me hicieron preguntas completamente distintas. Eso me ha ayudado mucho a la hora de encontrar la información que debía incluir en este libro. Pero lo fundamental de su interés estaba basado en el miedo. A eso trato de contestar.
P: Veo que se enfrenta a los todos tópicos recurrentes sin omitir nada ¿Es difícil?
AG: No, porque no oculto los inconvenientes. No hay soluciones perfectas por ahora en el tema de generación de energía. Lo que sí hay es soluciones mejore que otras y eso es lo que analizo. El mejor equilibrio entre costes riesgos y ventajas.
P: Hace muchos años, sin embargo, que no se proyectan nuevas centrales. Parece que los responsables políticos temen más a la opinión pública en contra que a los beneficios sociales y económicos de dichas instalaciones. ¿Es así?
AG: Una instalación de este calibre tarda muchos años en ponerse en funcionamiento y mostrar sus beneficios en disminución de costes en la factura familiar, empleo, contaminación, etc…, y, tal vez, pesen más los inconvenientes inmediatos que los beneficios futuros.
Además, la propia industria no se atreve a iniciar proyectos que aunque se aprueben hoy, pueden ser paralizados en el futuro como ha pasado con Lemóniz, Valdecaballeros y Trillo II que se tuvieron que paralizar cuando estaban en algún caso casi terminadas.
P: Sin embargo, nuestra vecina Francia tiene un alto porcentaje de generación eléctrica con Energía Nuclear.
AG: Sí. Generan un poco más del 73% de su energía con 56 instalaciones nucleares. De esta manera es uno de los países del mundo menos contaminantes de la atmosfera. La igualan Suecia con un 44% de Hidráulica y 44% nuclear y Noruega, que como tiene menos posibilidades de saltos de agua, tiene más nuclear.
P: A pesar de su mala fama, las centrales nucleares no es lo que más radiación provoca en nuestra sociedad.
AG: Por supuesto que no. Lo que no saben los fumadores es que el tabaco que consumen contiene, entre otras sustancias tóxicas, el polonio 210, altamente radiactivo, que se deposita en nuestro organismo y emite partículas alfa muy nocivas para su salud. Así que muchos antinucleares que fuman, no saben que el mal lo tienen en casa.
P: Te esfuerzas mucho en tu libro por mostrar las rigurosas medidas de control de riesgos y supervisión de operaciones, pero ¿Existe la posibilidad de que en algún sitio, gobernantes o empresarios sin escrúpulos pudieran omitir estas precauciones?
AG: Es posible que lo intenten, pero es muy difícil. Además de los organismos específicos de cada país, en España está el Consejo de Seguridad Nuclear que es completamente independiente del Estado o de la Industria, existe el Organismo internacional de la Energía Atómica, que es un organismo dependiente de Naciones Unidas que supervisa el funcionamiento y la utilización de todo lo relacionado con la energía nuclear. Además, tenemos un plan de participación de los profesionales que trabajamos allí para participar de forma absolutamente anónima en la denuncia o propuesta de mejora en las operaciones. Estas demandas aunque nadie sepa quién las ha hecho debe ser obligatoriamente atendidas y hechas públicas. Si algo se estuviera haciendo mal, sería imposible ocultarlo.
P: ¿Estas denuncias pueden hacerse directamente al Organismo Internacional de la Energía Atómica?
AG: Por supuesto que sí. Estamos permanentemente auditados por multitud de instituciones muy severas, como la Organización Mundial de Operadores Nucleares que sabe e informa de cómo opera cada una de las centrales del Mundo, etc…Cualquier cosa que pasa es reportada y se informa a todo el mundo, sin excepción. Así, cualquier cosa que pase en una central en España, por ejemplo, se puede encontrar la web del Consejo de Energía Nuclear. No hay secretos.
P: Nuestras centrales que ya llevan en operación tres décadas, ¿están obsoletas?
AG: No, ni mucho menos. Es tal la atención y cuidado que se tiene en su uso que están constantemente evolucionando y mejorando instalaciones y sistemas. Las que ahora se construyen, las de la tercera generación, no son muy diferentes.
P: ¿Crees que la mala prensa responde a intereses de sus competidores los vendedores de hidrocarburos en vez de a criterios científicos? ¿Por qué no dices nada de eso en el libro?
AG: Porque no tengo pruebas. Tengo indicios y sospechas. Green Pace, por ejemplo, que es muy activa en contra de las nucleares, casi nunca ha hecho ninguna acción en contra de las centrales que queman Gas Natural, que de natural sólo tiene el nombre y es mucho más contaminante. Pero esto está cambiando. Ya hay partidos verdes, como el finlandés, que reconocen que no se puede seguir ignorando el aporte de la energía nuclear para evitar el cambio climático.
P: El Petróleo es un elemento vital en la industria química para la fabricación de multitud de productos sin los que no sería posible mantener los estándares de bienestar social en el Mundo. ¿Al quemarlo para generar electricidad nos estamos cargando el futuro?
AG: Totalmente. No debe sorprender que en Emiratos y Arabia Saudita estén construyendo centrales nuclearse, alguna casi terminada ya, para generar la energía que necesitan. Saben que el Petróleo se acaba y que tendrá un mercado muchos más rentable para la industria que para quemarlo y quieren conservarlo.
P: ¿Cuál es el futuro de la generación de energía?
AG: Lo ideal sería un sistema mixto de renovables, hidráulica, solar y eólica, que son sistemas variables, no continuos, reforzados con la energía nuclear porque no es posible construir baterías capaces de soportar la energía suficiente para el consumo cuando las renovables no pueden funcionar por falta de viento, sol o agua.. Los países más avanzados están apostando por esto.
P: ¿Y qué hay de fusión? Dedicas un capítulo de tu libro a eso.
AG: Esa es la energía que se produce en el Sol. Pero allí es fácil de producir porque la gravedad es altísima y provoca que los átomos de hidrógeno se compriman para formar Helio. En la tierra lo conseguimos elevando la temperatura del hidrógeno hasta millones de grados. En Francia, se está construyendo un reactor nuclear en Cadrás, hacia el sur, un proyecto en el que participan la mayoría de las potencias industriales, España también, donde se intenta conseguir la fusión nuclear, como en el Sol. El problema es cómo conseguir un material que sea capaz de resistir millones de grados para contener ese plasma incandescente. Pues mediante un campo magnético hacemos que se mueva flotando en el interior de un toroide, una especie de Donuts, que refrigeramos utilizando su calor para producir energía eléctrica. Como es FUSIÓN no desprende partículas y por lo tanto radiación. Si se consigue, será la forma de producción del futuro. Un proyecto para la segunda mitad del siglo XXI.
P: Mientras tanto, y por si acaso no se consigue, ¿Qué más hay en el proyecto nuclear?
AG: Están los reactores de bolsillo. Son pequeñas instalaciones, fácilmente transportables y blindadas que producen energía durante un tiempo. Cuando se agotan, se cargan en un camión y se llevan a instalaciones especiales para su recarga. Es lo más parecido a una batería o pila, pero que produce la energía no la almacena. Esto es una evolución de los sistemas que proporcionan energía a submarinos, portaaviones o rompe-hielos. Hay muchos modelos y su evolución es rápida y muy pronto rentable.
La Obra
La energía nuclear salvará el Mundo, Alfredo García, Planeta, Ensayo de 33páginas, 18,50€
La información, esquemas e ilustraciones contenidos en este libro hubieran hecho que por conseguirlos cualquier espía se hubiera jugado la vida hace cien años. Los mismos cien años que hace que a Albert Einstein lo premiaran con el Nobel de Física y que, de haber podido leer este libro, hubiera mostrado una sonrisa cómplice y feliz.
Se incluyen datos precisos de los accidentes, incidentes y riesgos que tal actividad ha ocasionado en su trayectoria. Demuestra la utilidad sin parangón de su uso y la contribución imprescindible para el desarrollo económico y social de la sociedad moderna tal y como la conocemos hoy. Y, por último, anticipa la evolución tecnológica que hará posible una nueva generación de centrales más seguras, fáciles de operar, pequeñas y eficientes.
Sin embargo, seguimos quemando carbón y petróleo para producir energía como hace 150 años, ¿por qué? El autor es muy delicado y respetuoso con quienes no comparten su entusiasmo y no contesta directamente a esa pregunta. Simplemente compara los beneficios y perjuicios de la energía nuclear frente a otras formas de obtener electricidad. Lo hace en los últimos capítulos del libro. Yo los hubiera colocado los primeros. Su análisis es demoledor.
Aunque el autor no ha querido señalar el origen de la mala reputación de la Energía Nuclear, sus competidores son las corporaciones más poderosas económica y políticamente del Mundo. Pero a pesar de la censura, a pesar de las prohibiciones injustas, como se hizo con Galileo, la energía nuclear se mueve.
Lean el libro, enfréntense a una realidad incontrovertible: la producción de energía, sin la que no podemos vivir, está destruyendo nuestro planeta. Encuentren el origen del problema y analicen las posibles soluciones. Esto sí está en el libro.
Y por si aún les quedan dudas, déjenlo junto a la cabecera de la cama: les ayudara a vencer las pesadillas infundadas.