Durante el confinamiento y la pandemia en general, el relato oficial de los hechos los encumbraron a la categoría de héroes junto a los sanitarios y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Hoy son uno de los sectores más maltratados de la llamada crisis del gas y de la guerra de Ucrania, y también los más olvidados. Los precios de sus cosechas se mantienen en niveles de los años 90 y los costes se han multiplicado, y más en este último año. Y en Europa, en el mejor de los casos, se convierten en moneda de cambio de acuerdos con terceros países, con lo que su situación se torna realmente dramática.
La Unió Llauradora llama la atención sobre este hecho incontestable y así, señala en un comunicado hecho público este viernes que los precios de la uva de mesa de esta campaña, tanto de las variedades tempranas como Doña María o Red Globe y también de la más tardía Aledo característica de la Nochevieja, son muy bajos y los costes de producción están disparados.
Ante esta situación, La Unió pide a los consumidores que compren la uva autóctona que posee una frescura y calidad inigualable, en una apuesta por los productos de proximidad frente a la de otros países. En este sentido, Enrique Sánchez, responsable del sector de la uva de mesa de La Unió, indica que "consumir nuestra uva es fundamental para la economía de nuestra tierra, para crear empleo y para evitar el abandono de más parcelas agrícolas". La producción y comercialización de la Uva del Vinalopó con DOP genera numerosos puestos de trabajo directo, lo cual es un impacto determinante en la economía del territorio y de los pueblos en la que se produce.
En estos momentos los precios que marca la Conselleria de Agricultura oscilan en la variedad Aledo sobre los 0,60 €/kg y a la baja, mientras que por las mismas fechas de la campaña pasada se situaban en una horquilla entre 0,90 €/kg y 1 €/kg, por lo que la diferencia es notable.
Mientras tanto, los costes de producción se han elevado de media un 30% más que en anteriores campañas. El precio del agua ha pasado de 25 a 47 céntimos por metro cúbico, o los fertilizantes han aumentado el doble de su coste habitual. Por subir lo ha hecho hasta las bolsas de papel que envuelven la uva para el embolsado que consiste en añadir de manera artesanal un saco o bolso durante el verano para proteger al racimo de posibles elementos externos tanto de ataque de posibles insectos o aves o meteorológicos consiguiendo retrasar la maduración y darle una calidad excelente.
"Nos están pagando precios de hace 30 años y los costes nos han subido una barbaridad, así es muy difícil aguantar en las explotaciones. Los mercados no están mostrando el tirón de otros años y vivimos con angustia la campaña. Por ello pedimos auxilio a los consumidores para que compren masivamente la uva del terreno y nos ayuden ante esta dramática situación en la que nos encontramos", señala Sánchez.