La Plataforma Stop Ahogamientos compuesta por un buen número de asociaciones conservacionistas a nivel nacional, celebra por segundo año consecutivo una jornada al objeto de dar visibilidad a esta importante causa de mortalidad de fauna que afecta a todos los grupos faunísticos a excepción de los peces.
La jornada que tendrá lugar en el salón de plenarios de la localidad de Palma de Gandía en Valencia contará con las ponencias de conocidos rescatistas de fauna, especialistas en legislación medioambiental y empresas que han ideado soluciones al problema.
En opinión de la plataforma, los ahogamientos de fauna en infraestructuras de retención y conducción de agua no están teniendo una respuesta por parte de la administración acorde a la gravedad del problema que hemos creado los seres humanos.
Los datos, a pesar de estar sesgados, resultan llamativos ya que según los registros existentes del servicio de Vida Silvestre durante el periodo 2000-2020 se han registrado ahogamientos de hasta 100 especies diferentes, destacando entre ellos 14 águilas perdiceras (especie en peligro de extinción) y 16 águilas reales. En cualquier caso, se trata de cifras que no supondrán más que la punta de un iceberg de dimensiones colosales, habida cuenta de la imposibilidad de revisión diaria de tantas balsas, motivo por el cual urge una regulación general para su seguridad.
Por su parte, el enorme canal de Benagéber solamente en los últimos 5 años ha ahogado, que se sepa, según datos oficiales a más de 200 animales entre corzos, jabalíes, reptiles y aves rapaces.
Y es que los ahogamientos de fauna en infraestructuras de retención y conducción de agua; compuestas por grandes balsas de lona textil pero también de pequeños aljibes, pozos abandonados etc. y como no, los grandes canales de riego y sus infraestructuras adyacentes como son los sifones, someten diariamente a un gran número de animales a una muerte lenta y agónica.
Este tipo de infraestructuras no para de crecer y exponencialmente a ellas el número de animales silvestres y domésticos que entran en su interior voluntaria o accidentalmente y no puede salir.
Cada vez son más comunes a lo largo y ancho de nuestro país si bien su número es espectacular en el sureste peninsular, destacando en la Comunidad Valenciana la provincia de Alicante sin desdeñar un gran número de ellas en la provincia de Valencia y Castellón.
En 2021 los agentes medioambientales de la comarca de Utiel-Requena fueron testigos de un macabro hallazgo en Utiel, al localizar en el interior de una de estas balsas de lona una vez vaciada los cráneos de hasta 41 animales ahogados entre ellos especies protegidas como el águila culebrera, gatos monteses, garduñas y tejones.
Resulta fácil imaginar la enorme biodiversidad que pueden llegar a engullir los miles de balsas existentes en todo el territorio viendo el resultado de una de ellas al ser vaciada. Y es que conforme se van secando los cauces y las fuentes cada vez con más asiduidad, la sedienta fauna se ve obligada a introducirse en ellas para beber, muriendo irremediablemente por no disponer de eficaces mecanismos de salida.
Por su parte, los canales generan dos importantes problemas: Por un lado, la fragmentación del territorio impidiendo el desplazamiento natural de las especies, y por otro, el ahogamiento de fauna.
Las actuaciones de la administración al objeto de minimizar las cifras existentes son extremadamente escasas y centradas en infraestructuras de su responsabilidad como son las balsas contraincendios evitando realizar acciones generalizadas, haciendo uso de la Ley de responsabilidad Medioambiental dictando unas sencillas medidas para que todo responsable de una de estas infraestructuras adopte unos sencillos mecanismos para que cualquier animal o persona que entre voluntaria o accidentalmente a ellas pueda salir.
Según un informe que hizo público la Federación Española de Salvamento en 2019 el 44% de los ahogamientos de personas se produce en este tipo de espacios sin vigilancia, es decir que según datos de la C. Valenciana al año mueren más de 8 personas en estos lugares.
En 2016 murieron en España 69 personas por ahogamiento en estos espacios según datos oficiales de la FDS.