El cierre de las pistas de pádel por el confinamiento del Estado de Alarma ha permitido comprobar el alcance real del impacto de las cristaleras de dichas pistas en las aves de la localidad de Palma de Gandia. Un problema que se torna dramático tal y como ya puso de relieve este diario hace algún tiempo.
Aunque se tratara de un problema medioambiental conocido, no se sabía realmente el alcance del mismo, siendo el confinamiento y la falta de personal tanto de mantenimiento como de jugadores en las pistas lo que ha propiciado la acumulación de aves en el interior de estas instalaciones y la búsqueda rápida de soluciones por parte del ayuntamiento de la localidad y Adensva (Asociación para la defensa de la naturaleza al sur de Valencia).

A los 30 días de confinamiento se habían acumulado un total de 10 aves en las instalaciones, que fueron recogidas por el agente medioambiental de la zona: 1 mochuelo, 2 currucas capirotadas, 1 golondrina, 1 verdecillo, 2 gorriones, 1 curruca carrasqueña, 1 curruca cabecinegra y 1 mirlo.
Las aves encontradas no son más que la punta del iceberg de un problema que cobra tintes dramáticos si se toma como referencia todo el territorio de la Comunitat Valenciana. Más aún si se tiene en cuenta que solo se localizan las aves del interior de las pistas, dado que las que mueren en el exterior son depredadas por los gatos haciéndolas desaparecer. Por otra parte, durante los meses primaverales, cada muerte se multiplica por 4 al morir las crías en el nido de inanición o frío al desaparecer sus padres.
Del mismo modo, tampoco son contabilizadas aquellas que colisionan y se marchan con graves traumatismos cervicales que acaban dejándolas convalecientes y finalmente mueren.
La solución en marcha

Informado el ayuntamiento de Palma de Gandia de lo ocurrido, se buscaron soluciones y rápidamente se encontró una solución al problema, muy eficaz, económica y duradera. Una solución que llegó de una idea importada de los parques nacionales de Costa Rica con una eficacia comprobada del 95% y que además influye muy poco en la visión del juego desde el exterior, pudiendo ser desmontado para la celebración de campeonatos o competiciones en general y vuelto a colocar una vez finalizados estos eventos.
Los trabajos de confección y colocación del sistema corrieron a cargo de Adensva con el objetivo de comprobar la eficacia del sistema de cuerdas en las cristaleras de las pistas de pádel.
Durante la instalación del mecanismo anticolisión se pudo comprobar la incidencia tan brutal de esta causa de mortalidad aviar, al colisionar las aves en los cristales que todavía no tenían puesto el dispositivo.
El resultado es más que evidente, como lo es el hecho de que la solución a un problema tan acuciante para la conservación de la avifauna está al alcance de las distintas administraciones. La pelota está ahora en el tejado de éstas, a distancia sólo de la voluntad política suficiente para acabar con un drama doloroso y fácil de atajar.
En opinión de Adensva, quedan muchas pistas por arreglar que son auténticos sumideros de biodiversidad, y que en base a la ley de responsabilidad medioambiental deberían desarrollarse unas normas específicas que dotaran a las instalaciones por ley de mecanismos anticolisión.