Modificando la alimentación y el estilo de vida se puede mejorar muchísimo la digestión, aliviando así las molestias producidas por el exceso de gas. Antes de aplicar estos consejos consulta con tu gastroenterólogo para que descarte si el problema de gases puede corresponder a alguna patología y/o intolerancia alimentaria (por ejemplo a la lactosa, fructosa, gluten), sobrecrecimiento bacteriano, etc.
Empezaremos por los consejos dietéticos y de estilo de vida. Lo primero que hay que hacer es evitar los alimentos más flatulentos.
- Col, coliflor, alcachofas, coles de Bruselas
- Legumbres en general (aunque antes de retirarlas por completo de la dieta se debe intentar cocinarlas de tal modo que mejore su digestibilidad).
- Alimentos más grasos: fritos rebozados, snacks...
- Edulcorantes: sorbitol, manitol, etc.
- Bebidas con gas: gaseosas, cerveza, refrescos.
- Salvado
Posteriormente, habrá que Incluir alimentos fermentados en la dieta, tipo yogur o Kéfir. Los alimentos fermentados ayudan a mantener un buen equilibrio de la flora intestinal. Si se prefiere no consumir lácteos hay otras opciones de alimentos fermentados que se pueden añadir en la dieta, como por ejemplo las ciruelas umeboshi: producto de origen japonés que se puede añadir en las ensaladas, verduras, arroz e incluso para hacer vinagretas.
El tercer consejo es consumir las frutas y verduras de temporada, maduras. Es importante consumir los alimentos de origen vegetal que estén bien madurados, de este modo la digestibilidad de las fibras mejora.
Tampoco hay que obviar el cocinar de modo inteligente para favorecer la digestión. Desde siempre se han usado las hierbas carminativas para mejorar la digestibilidad. Simplemente añadiendo orégano, laurel, anís estrellado, comino, etc. en la preparación de guisos, estofados o postres ya mejoramos la digestión. También en este sentido son muy útiles las infusiones digestivas después de las comidas. Prepara una infusión mezclando comino, anís verde o estrellado, alcaravea y cilantro y tómala justo después de haber comido y cenado.
Evitar seguir una dieta basada en productos fríos (cenas de fruta, cenas de ensaladas...). Una forma de facilitar la digestión es añadir una sopa antes de la comida o acabar la comida con una infusión. Este detalle hace que la digestión sea más fácil que si solo se consumen alimentos fríos. Esto no quiere decir que siempre se tenga que comer caliente, pero si que se deberían combinar comidas frías con otras que contengan alimentos cocinados.
Otros consejos
- Comer despacio, masticando perfectamente la comida. Cuando se come despacio y se mastica bien el proceso digestivo se inicia en la boca, mezclando las primeras enzimas digestivas con la comida. Las porciones de alimentos que lleguen sin digerir en el colon serán fermentadas por las bacterias intestinales, produciéndose gas. En este sentido también se debe revisar las piezas dentales para garantizar que se pueda hacer una completa masticación.
- Comer en un ambiente relajado, sin tensión ni prisa. La ansiedad dificulta que la digestión se haga correctamente, aunque se estén consumiendo alimentos de fácil digestión.
- Fraccionar la dieta en 4-5 ingestas al día, evitando así llegar a las horas de las comidas con demasiado apetito.
- Evitar la inactividad. Cualquier tipo de actividad física mejorará la movilización del gas a nivel digestivo y aliviará el posible dolor que ocasiona que el gas quede retenido en el intestino. Un simple paseo de 30' a ritmo vigoroso al día puede ser suficiente para esta finalidad.
- Evitar llevar prendas ajustadas en la zona digestiva. Las fajas, los pantalones apretados y cualquier prenda que impida el flujo del aire por el intestino va a ocasionar más retención de gas y consecuentemente más distensión abdominal.
Por el Dr. Josep Merlo Mas, miembro de Saluspot y director de la Clínica ServiDigest, Servicio de Endocrinología y Nutrición.