La aparente vitalidad y normalidad en el comportamiento de Coco no hacía presagiar lo sucedido y el personal técnico se ha visto sobrecogido por la inesperada muerte de este chimpancé nacido en Bioparc Valencia en 2018. Coco, que en julio cumplió 4 años, era muy querido por todo el equipo que pudo contemplar cómo Noelia se ponía de parto en el recinto exterior y a la vista del público. Fruto del importante programa de conservación internacional de esta especie en el que participa el parque, durante este tiempo fue conquistando el corazón de todos, por lo que el fatídico desenlace ha sido muy doloroso.
Tras verificar que las pruebas de Covid-19 habían resultado negativas, la necropsia realizada conjuntamente con el personal especializado de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera ha determinado que la causa ha sido una meningoencefalitis necrotizante. Este diagnóstico evidencia la forma fulminante y repentina en la que se han desarrollado los acontecimientos. Tras aceptar la muerte como parte de la evolución de la vida en la naturaleza, el grupo de chimpancés se muestra tranquilo y ha continuado sus hábitos normales, con las salidas al recinto exterior.
Los chimpancés se encuentran en grave peligro de extinción y su protección es prioritaria. En este sentido, tanto el parque valenciano como la Fundación Bioparc promueven acciones de preservación de la subespecie Pan troglodytes verus. Para el grupo de profesionales de cuidado animal es difícil afrontar estas pérdidas, puesto que su reto diario es ofrecer el mayor bienestar a todos los animales. Especialmente desolador es hacer frente al fallecimiento de un animal al que vieron nacer y crecer; al que han mimado cada día, del que conocían sus gustos y adoraban su carácter. Ahora cabe reafirmar la empatía, el compromiso y la entrega con la convicción de que es necesario seguir adelante para garantizar el futuro de esta emblemática especie.